Solo los planes más optimistas al principio de la campaña, que se convertían casi en sueños, imaginaban al Huesca situado en los puestos de ascenso directo a Primera en la jornada número 14 de competición. Pero la clasificación no deja lugar a dudas, los oscenses son colíderes junto al Granada, con 23 puntos en su casillero. Una situación privilegiada, construida tras ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota, y de la que los de Rubi no se quieren bajar. Y más después del valioso triunfo contra el Real Zaragoza, que ha reforzado todavía más la confianza del vestuario de El Alcoraz.

Así, el equipo altoaragonés viaja en autobús hoy mismo hasta Barcelona para medirse a partir de las 19.30 al conjunto filial, con el fin de echar raíces dentro de esa cima de la tabla, y no perder el paso dentro del vagón de cabeza, en el que hay poco espacio para moverse.

Solo dos puntos separan al primer clasificado del séptimo, en uno de los arranques de competición más apretados que se recuerdan, y el técnico oscense apela a esa igualdad para motivar a sus hombres, haciéndole conscientes de que una mala tarde te baja rápidamente del Olimpo. No obstante, Rubi asegura que sus jugadores están sobradamente preparados para defender una situación así y afirmó rotundo en su última comparecencia antes del encuentro que el Huesca en el Miniestadi, competiría.

No es una tarea fácil, ya que ante ellos tienen uno de los vestuarios con más talento de la categoría, aderezado con varios fichajes importantes en el mercado veraniego, que alejan bastante al conjunto del perfil que se puede esperar de un filial. Aunque eso no impide que aboguen por un juego de toque, construido a base de posesión y que se convierte en marca de la casa en todo lo que lleva el escudo azulgrana.

Un estilo similar al que ha instaurado Rubi en el Huesca, interiorizado quizás en el tiempo que integró el cuerpo técnico del FC Barcelona, y que ahora le está dando tan buenos resultados con la plantilla oscense. Esto hace esperar un auténtico duelo de tú a tú sobre el césped del Miniestadi, que según el pronóstico del entrenador altoaragonés, llevará consigo muchos goles y por tanto, mucho espectáculo.

No podrá contribuir a ello Álvaro Vadillo, que es la única baja por lesión con la que cuenta el Huesca, además de Nagore, Kilian y Bardají, que se recuperan de sus operaciones. El gaditano deberá descansar durante cuatro semanas, para recuperarse de la lesión muscular en los isquiotibiales que sufrió durante el encuentro contra el Real Zaragoza. Se presume que como alternativa, Rubi de entrada a Ferreiro, ya que fue ese el cambio que realizó durante el encuentro, cuando Vadillo pidió ser sustituido nada más comenzar. La otra banda podría cambiar también de protagonista, con Álex Gallar en vez de Chimy Ávila, aunque el buen rendimiento del argentino el pasado lunes podría permitirle contar con algo de continuidad en el once. Al margen de los posibles cambios en la ofensiva por bandas, que el entrenador ensayó en la sesión de ayer, celebrada a puerta cerrada, se presume que Rubi repetirá el resto de su pizarra, dado el buen resultado que le dio en el último envite liguero, contra el Real Zaragoza, aunque si por algo se ha caracterizado el conjunto en este primer cuarto de calendario es por mostrarse fiable juegue quien juegue.