El mejor Huesca de la historia

El equipo de Rubi, por primera vez en ascenso directo a Primera División en sus casi 60 años de vida, ratifica su condición de aspirante a todo esta temporada.

Los jugadores del Huesca, eufóricos, celebran el primer gol ante el Real Zaragoza.
Los jugadores del Huesca, eufóricos, celebran el primer gol ante el Real Zaragoza.
Verónica Lacasa

Es verdad que todavía resta, no mucha, muchísima liga por delante, que en la actual Segunda División cualquier equipo te puede sorprender o que el elogio debilita. Pero, al mismo tiempo, no es menos cierto que las sensaciones que transmite este Huesca son tremendamente ilusionantes. El equipo de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ es ya, por méritos propios, el mejor conjunto de la historia. En sus casi 60 años de vida, jamás el equipo altoaragonés había estado tan cerca de codearse con los mejores conjuntos de España y, por consiguiente, de Europa. El aplastante triunfo que firmó en la fría noche del lunes ante el Real Zaragoza sitúa a los oscenses en una meritoria y codiciada segunda posición. Es decir, en puestos de ascenso directo a la máxima categoría del fútbol nacional. Una condición que ratifica al conjunto azulgrana como un verdadero aspirante a todo esta temporada.

Nunca antes el Huesca había atisbado desde tan cerca la Primera División. Una élite que ya merodeó el curso pasado, después de disputar un histórico ‘play off’. Pero el equipo quiere más. Una vez descubierto cuál es el camino, la plantilla de Rubi ya no solo sueña con poder ubicarse con cierta holgura entre los seis primeros de la clasificación. Ahora, además, parece dispuesta a pelear de tú a tú la cabeza de la liga ante rivales con un potencial infinitamente superior al de los altoaragoneses.

Una vez superado el primer tercio de la competición, el Huesca es colíder de Segunda División. Allí arriba, junto a los oscenses, emerge, por ejemplo, un Granada confeccionado única y exclusivamente para subir. No existe otra concepción en el cuadro nazarí. Con la misma cantidad de puntos (23), un sorprendente Lugo completa la nómina de tres que en estos momentos se reparten las primeras posiciones. Pero muy cerca de ellos, a solo un punto, Sporting, Osasuna y Numancia, también con idéntica puntuación (22), completan los seis primeros puestos en Segunda.

Seis conjuntos entre los que, además del Huesca, se encuentran, por ejemplo, los tres que el año pasado perdieron la categoría (Sporting, Osasuna y Granada). Es decir, que la plantilla de Rubi se mide ya con equipos que la vía del ‘play off’ la contemplan como una opción alternativa, decididos a regresar a Primera de manera directa, sin eliminatorias que, además de recortar 15 días las vacaciones de los futbolistas, terminan convirtiéndose en una ruleta rusa donde los números y las estadísticas de la temporada sirven, si es que lo hacen, para muy poco. Y, sino, que se lo pregunten al Girona de la 14-15, actualmente en Primera División.

El Alcoraz, un fortín

Muchos son los aspectos que han llevado al Huesca a convertirse en el mejor conjunto de su historia: una brillante gestión, la confección de una plantilla equilibrada, el acierto con el sustituto de Anquela... Pero, por encima de todos ellos, El Alcoraz brota como principal exponente del buen momento del conjunto de Rubi.

Al calor de su afición, la SD Huesca acumula ya 17 encuentros consecutivos sin conocer la derrota en liga. Una cifra supeditada al sobresaliente final de curso del año pasado con Anquela, que Rubi ha sabido conservar intacto hasta la fecha. En su feudo, el conjunto oscense es un bloque sólido, inteligente, generoso en tareas defensivas, lo que apenas permite disfrutar de ocasiones claras de gol a su rival. La visita el pasado lunes del Real Zaragoza, curiosamente el último en sacar tres puntos del estadio altoaragonés el pasado mes de febrero, es el ejemplo más reciente. Hasta el minuto 77, Álex Remiro no detuvo su primer remate, porque no fue ni disparo, entre los tres palos. Con el partido recién iniciado, un desajuste en la defensa permitió a Borja Iglesias quedarse mano a mano contra el portero, pero el balón se marchó desviado. Después, hasta el magnífico lanzamiento de falta emitido por el capitán Alberto Zapater, el equipo oscense apenas concedió facilidades a su rival. Un Huesca que, además de acumular ocho jornadas invicto, sueña ya con algo más que los 50 puntos.

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