Un derbi, dos equipos y una misma dinámica

SD Huesca y Real Zaragoza son, junto con el Osasuna, los dos únicos que no han perdido en las últimas siete jornadas disputadas.

Alberto Zapater y el hoy zaragocista Vinícius pugnan por un balón durante el último derbi entre Huesca y Real Zaragoza en El Alcoraz.
Alberto Zapater y el hoy zaragocista Vinícius pugnan por un balón durante el último derbi entre Huesca y Real Zaragoza en El Alcoraz.
Rafael Gobantes

Todavía restan seis largos días hasta que el balón eche a rodar el próximo lunes en Huesca (21.00). Sobre el renovado césped de El Alcoraz, a buen seguro en infinitas mejores condiciones que durante el último derbi aragonés celebrado el pasado 4 de febrero, la SD Huesca y el Real Zaragoza medirán sus fuerzas en un encuentro que, a pesar de disputarse en una fecha y un horario atípico, volverá a estar repleto de emoción y nervios. Después de la jornada de descanso de este lunes, ambos conjuntos comienzan este martes a preparar un partido que llega en momentos muy diferentes para cada uno. Pero, a pesar de que Huesca y Real Zaragoza atraviesan estados de forma y de ánimo distintos, a los dos les une una singular característica en común: junto con el Osasuna, son los dos únicos equipos de la categoría que no conocen la derrota en las últimas siete jornadas.

 

El equipo de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ viene de completar uno de sus peores choques de la temporada. En el Carlos Belmonte de Albacete, ante un rival que lucha por huir de la zona baja de la tabla, el conjunto oscense no fue capaz de pasar del empate sin goles, que a punto estuvo de deshacer el Albacete con dos disparos de Susaeta, ambos de libre directo, que se estrellaron violentamente contra la portería de Remiro. Un punto que, sin embargo, no ha aminorado ni un ápice la euforia que desde hace ya varias semanas se respira en la ciudad altoaragonesa.

Una ilusión cuyo principal y único responsable es el sobresaliente estado de forma que atraviesan los azulgranas. Metidos de lleno en la pelea por el ascenso, a solo tres puntos del liderato, el Huesca es también, junto al Osasuna y al Sporting, el menos goleado de toda la Segunda División con solo ocho tantos encajados en las doce jornadas que ha competido. Pero, además de la estadística compartida con el Real Zaragoza de siete encuentros sin perder (cuatro victorias y tres empates que se traducen en 15 puntos de los últimos 21 puestos en juego), los de Rubi encadenan 16 choques consecutivos sin conocer la derrota ante su afición, incluida la ida del ‘play off’ de ascenso ante el Getafe. Precisamente, el nueve veces campeón, todavía con Raúl Agné en el banquillo, fue el último rival capaz de sumar tres puntos en El Alcoraz (2-3).

Desde entonces, el Huesca ha convertido su estadio en un fortín del que apenas han esfumado puntos. Al margen del último episodio en Albacete, el buen juego y la efectividad de resultados han sido hasta la fecha las dos señas de identidad de un equipo que han liderado Gonzalo Melero (6) y Cucho Hernández (5) en el apartado goleador.

Un rival necesitado de puntos

Desde la quinta jornada, como su próximo rival, vive también sin caer derrotado el Real Zaragoza. No lo hace desde su visita a Lugo, hace ya un mes y medio, cuando el actual líder de la competición dio la vuelta al tanto inicial de Buff. El conjunto de Natxo González, sin embargo, todavía no ha terminado de transformar en puntos las buenas sensaciones que viene emitiendo desde el inicio. De las últimas siete jornadas, a pesar de no haber consumado ninguna derrota, el Real Zaragoza solo ha podido celebrar dos triunfos que llegaron en apenas cuatro días. Tras conseguir su primera victoria del curso en La Romareda ante el Numancia, los zaragozanos tumbaron poco después, entre semana, al Lorca. Un partido áspero, feo para el espectador, donde Javi Ros y Papunashvili hicieron de la efectividad aragonesa la mejor virtud para conseguir el triunfo.

El resto, cinco empates que convierten al Zaragoza en el séptimo mejor equipo en otras tantas jornadas disputadas, en las que ha acumulado un botín de 11 puntos de 21 posibles. Cinco igualadas que, por méritos de uno y otro equipo, bien pudieron traducirse en victorias con sello zaragozano. Sin ir más lejos, el último enfrentamiento del pasado viernes ante la Cultural Leonesa. Entonces, a pesar de no firmar un buen partido, los de Natxo González pudieron sumar tres puntos si el disparo final de Vinícius no se hubiera desviado unos centímetros del fondo de la red. Ante el Nástic, cuando sufrió una injusta expulsión de Borja Iglesias, o en Oviedo, donde empató a dos y a punto estuvo de remontar el 2-0 inicial, constituyen otros ejemplos. Pero todo este baile de números y cifras quedará en un segundo plano el lunes, cuando Huesca y Real Zaragoza pugnen por convertirse, con permiso del Osasuna, en el único equipo invicto en las últimas ocho jornadas de liga.

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