Los entrenadores suelen defender que cuando un partido no ha salido bien, lo mejor es jugar el siguiente lo antes posible para no recrearse demasiado en los malos pensamientos y poder desquitarse rápidamente del mal sabor de boca. Pero en este caso, seguro que el técnico del Huesca, Rubi, prefería contar con unos días más de descanso antes de vestirse de nuevo de corto, porque las mentes de sus hombres están en perfecta forma, lo que empiezan a pesar son únicamente las piernas, y cuando eso ocurre, las decisiones llegan de manera más precipitada y muchas veces acaban siendo erróneas. Y es que el conjunto azulgrana jugará mañana su tercer partido en seis días, el segundo de ellos a domicilio, y si hace menos de una semana los jugadores del Huesca habían cruzado el país para llegar a Almería, esta vez les espera nuevamente un desplazamiento de los que cuesta afrontar, con un largo viaje en autobús hasta llegar a Gijón.

Así, el equipo completó ayer un entrenamiento en el campo del IES Pirámide, en la que no hubo espectadores, ya que aunque aquellos que acumulan más carga tuvieron trabajo de recuperación, los que han tenido menos participación fueron protagonistas, con un objetivo totalmente opuesto, ya que su oportunidad puede llegar en el Molinón, con el fin de que Rubi pueda contar con un once que ofrezca garantías de frescura en los 90 minutos.

Los aspectos tácticos que se trabajaran ayer a puerta cerrada son los pocos que realizará el Huesca con la vista única y exclusivamente en neutralizar al Sporting, pues hoy a las a las 9.30 les espera en El Alcoraz el autobús del equipo, que partirá con destino a Gijón. Mañana, en la misma mañana del encuentro, habrá tiempo allí para llevar a cabo un último entrenamiento de preparación, programado en las instalaciones de la escuela de fútbol de Mareo.

Será en esa sesión, ya la previa antes de la disputa del partido, –que comenzará a las 21.00–, cuando Rubi pueda medir el verdadero estado de sus hombres, pues ya habrán pasado 48 horas tras el partido contra el Reus y las secuelas físicas que haya dejado ese encuentro serán más evidentes en los jugadores. Podrá aquí valorar la introducción de rotaciones dentro de su once, algo que ya realiza habitualmente, pero que cobra más argumentos atendiendo al desgaste que han tenido sus hombres estos días, pues si bien es verdad que todos los equipos han tenido que hacer frente a una jornada entre semana, el calendario le ha reservado al Huesca los dos desplazamientos más duros en este tramo.

Por eso, el cansancio entra esta vez como otro condicionante dentro de una pizarra que Rubi ha ido redibujando casa jornada, en base a aspectos más técnicos. El entrenador ha mencionado en varias comparecencias su apuesta siempre "por el jugador fresco", y el tramo final del encuentro del Reus evidenció que algunos de sus jugadores contaba con poco combustible en la reserva. Contribuyó a ello la gran primera parte que hizo el conjunto, en la que fue dueño del balón y el partido, aunque fue incapaz de materializar los 16 disparos que realizó el conjunto oscense en ese periodo.

Destacó especialmente el desgaste que pudieron realizar en el tramo inicial del partido hombres como Lluís Sastre, muy activo en el trivote de medio centros que se ha revelado como favorito de Rubi, o Akapo, que otorgando a Cucho más movilidad en las inmediaciones del área, se hizo dueño de la banda derecha, con enorme proyección ofensiva. También el propio Cucho, que se caracteriza por un juego muy físico, y que evidenciaba su agotamiento en el tramo final.

Por tanto, y atendiendo a que al entrenador del Huesca no le ha temblado la mano en ningún momento en lo que llevamos de temporada a la hora de mover a sus jugadores del césped al banquillo, o incluso a la grada, puede otorgar un nuevo aire a su equipo para intentar sorprender al Sporting de Gijón. Especialmente en lo que se refiere a las piezas, ya que el esquema oscense sí que está teniendo continuidad.

En base a ello, el conjunto que salga de inicio en El Molinón podría parecerse más al que logró vencer 0-3 al Almería en el estadio andaluz, con la vuelta al once titular de Vadillo y Gallar como extremos y con Cucho en punta, y con Aguilera en el centro del campo, después de que Luso ocupara su lugar contra el Reus. Aunque el hecho de que Sastre acumule ya 180 minutos esta semana invita a pensar que será su puesto el que ocupe Aguilera. El otro gran interrogante que generan las rotaciones de Rubi es si dará en Gijón continuidad a Rulo en el lateral izquierdo, después de que debutara en liga el pasado martes y realizara un buen partido.