Habló más de rendimiento que de posición en la tabla, para evitar mencionar abiertamente el ‘play off’ como objetivo. Pero el nuevo técnico del Huesca se mostró muy ambicioso en su primera comparecencia en la sala de prensa de El Alcoraz. Rubi se restó presión asegurando que "la Segunda División demuestra cada año que el pasado importa poco", pero no escondió que se sienta en el banquillo azulgrana con la intención de contribuir al progreso de un club en el que no quieren que la recién finiquitada temporada sirva como techo.

"Todos sabemos cómo es la Segunda División. Que de los 22 equipos de la categoría, igual 15 o 16 te dirán que su objetivo es o el ‘play off’ o subir directamente, con la dificultad y la igualdad que eso supone. Pero eso no quita que seamos tremendamente ambiciosos. Vamos a intentar aprovechar todo lo que se ha hecho bueno hasta el día de hoy, y si le podemos dar un poquito más, desde el trabajo de Emilio –en referencia al director deportivo–, el nuestro e incluso pidiendo un poco más a los jugadores, veremos. Lo dejamos en el tintero. Hay que ir a por los 50 porque la categoría es tremendamente dura, pero venimos con toda la ambición del mundo", explicó Rubi en referencia a sus aspiraciones.

Siempre hablando en plural, bien por pura cortesía o en referencia al numeroso equipo técnico con el que aterriza en Huesca, el mensaje del catalán no dejó grandes o sorprendentes titulares, pero sí se ajustó a la idea que se plantea desde su nuevo club, y que respaldaron ayer tanto su presidente, Agustín Lasaosa, como el director deportivo Emilio Vega. La de que la elección de este entrenador implica una evolución en la entidad. Se trata no tanto de una apuesta continuista como de la búsqueda de un perfil que, a priori, garantice poder seguir mirando hacia arriba.

Para ello, su carta de presentación, más allá de mirar a la trayectoria anterior, fue concisa. "La entrega, el trabajo y el sacrificio son innegociables", dijo. En esa línea, no dudará en exigirle a la plantilla, "como mínimo, el nivel del año pasado, e incluso mejorarlo, que es nuestro objetivo".

Considera muy positivo contar con esa base de jugadores con contrato que ya tiene el equipo, que dice "nos da mucha tranquilidad", pero será en estos días cuando se siente con la dirección deportiva para trabajar en mejorar el grupo. A partir de allí, intentará diseñar el tipo de juego, ya que dijo no ajustarse a una forma definida, dejando que sean las fortalezas del vestuario las que lo marquen. "Si la plantilla es potente en delanteros, jugaremos en base a eso, si hay un buen centro del campo, nos adaptaremos, como si son los mediapuntas, haremos que jueguen", argumentó Rubi.

"Intentaremos ser un equipo valiente, pero sin renunciar a ningún aspecto del juego. En el fútbol si te olvidas de algún aspecto, ya sea atacar, defender o el balón parado, por ejemplo, estás restando. Por eso me gusta que mis equipos sean completos al máximo en todas las facetas. Pero sí que nos gustaría que la gente vea un equipo que lo da todo y que intenta hacer disfrutar al aficionado", añadió.

Rubi no llega solo al club, ya que junto a él pasan a formar parte de la disciplina azulgrana otros tres miembros del cuerpo técnico, que se suman a Adrián Sipán y al entrenador de porteros Adrián Mallén, que se mantienen de la anterior temporada. En total, serán seis personas –incluyendo al propio técnico–, los que supervisarán la preparación del equipo. Su primer contacto con los jugadores será el próximo 18 de julio, en el día fijado para el arranque de la pretemporada, que dijo Rubi todavía no han diseñado, más allá de la concentración en Benasque. "En estos días iremos aclarando los días de amistosos y el nivel de los rivales, aunque para mí es secundario, ya que creo que la pretemporada es para asimilar conceptos y entrenar mucho", sentenció.