Se ha situado la Sociedad Deportiva Huesca en la nómina de aspirantes a la parte noble de la Segunda División tras encadenar una positiva serie de resultados. La clasificación lo refleja con sus 43 puntos actuales, esos que le han colocado séptimo, a un solo punto de la entrada al ‘play off’ de ascenso antes de que ayer se abriera la jornada 30. Es un tiempo de esperanza dentro de un presente con brillo que pretende convertirse en un futuro inmediato de ilusión. Pero para que el mañana dibuje ese panorama tan alentador, la categoría de plata no permite un segundo de autocomplacencia ni que los soñadores eleven al cielo sus pretensiones de gloria. Los anhelos de grandeza se materializan como realidades desde el día a día, "con trabajo y esfuerzo", como reza el primer mandamiento de la filosofía de Anquela. No existe otro medicamento contra las continuas trabas que aparecen en el enrevesado trayecto de la Liga 123. Y en ese sentido el Huesca va a tener esta tarde una prueba de madurez en Anduva. Allí le espera el colista, el Mirandés (18.00), que quiere aferrarse a la permanencia en un compromiso que, para el bando oscense, mermado eso sí por las abundantes e importantes bajas, puede significar el impulso definitivo hacia la salvación y, a su vez, el asalto al ‘play off’. Palabras mayores.

Dada la perspectiva desde la que Huesca y Mirandés analizan su devenir por el maratón liguero, parece evidente que lo que se vivirá esta tarde en Anduva es un conflicto de intereses en su más alta graduación. Sin embargo, que las alertas resuenen en el vestuario enemigo o que hayan pasado más de cuatro meses de la última derrota a domicilio no debe dar lugar al engaño entre la tropa altoaragonesa. Vale que la otrora inexpugnable fortaleza del Mirandés la han tirado abajo muchos equipos a lo largo de este curso –la racha de los castellanos es de cinco partidos sin vencer como local–, pero ya se sabe que cuando te encuentras a un adversario al que le persigue el descenso la intensidad y las pulsaciones en las que se mueven este tipo de confrontaciones se eleva a su máxima potencia.

Tres del filial en la convocatoria

Son ocho jornadas en las que el Huesca ha rascado actuando de forastero. Siete empates y un triunfo se han sucedido desde que en la jornada 13 los azulgranas sucumbieran en el Carranza ante el Cádiz (1-0). Los números consolidan esa catalogación de los de Anquela como uno de las escuadras más fiables de la Segunda División. Hoy deberá hacer una nueva muestra de ello, con más énfasis si cabe, puesto que hasta seis ausencias obligadas atesoran los oscenses en Miranda de Ebro. Íñigo López y Kilian por sanción, Alexander que está ya en Chile para jugar el martes con Venezuela, y Vadillo, Camacho y Borja Lázaro por motivos físicos, componen la generosa lista de bajas. Íñigo López, Vadillo y Borja Lázaro fueron titulares en el 2-1 al Mallorca, con lo que al menos serán tres las variantes en el once que presente el Huesca en Anduva. Con Alexander haciendo ‘las Américas’ y Kilian castigado por su expulsión mientras calentaba, las opciones de Anquela para las bandas se reducen ostensiblemente.

Como apuntó el entrenador andaluz hace solo unos días, se acercaba la hora de que algún jugador "salga desde los boxes a la ‘pole position’", Ahí aparece la opción de David López como interior izquierdo. La entrada del riojano permitiría a Anquela mantener su dibujo habitual (4-2-3-1), mientras que la titularidad de Sastre podría alterar el esquema hacia un 4-3-3 o un 4-5-1. Existe otra posibilidad: que el que salga desde boxes sea Bambock en una defensa de tres centrales o para una combinación novedosa. El que regresará seguro al centro de la zaga es Jair, para reemplazar a Íñigo López. Arriba como punta de lanza estará Vinícius, en la segunda aparición como titular del brasileño para suplir a Borja Lázaro. Todo lo dicho anteriormente queda supeditado al estado de Akapo, que apenas ha entrenado con el grupo esta semana. Si el internacional ecuatoguineano no está en condiciones, la alineación multiplica sus incógnitas.

La expedición azulgrana viaja en el día a Miranda de Ebro. Lo hará con tres canteranos, quienes ayer entraron en la convocatoria: Javito, Cristian y Conte.

Pese a la importancia de las ausencias, en el Huesca mantienen intacta su confianza. "Para este equipo nunca ha sido un problema lo de las bajas", recalcó ayer Juan Aguilera. "Tenemos una plantilla equilibrada y ahora es momento de demostrarlo", espetó Anquela el viernes.

El Mirandés, por su parte, se ha ido sumiendo en el pozo clasificatorio tras un prometedor arranque. Tanto que perdió su primer encuentro precisamente en El Alcoraz: 3-0 en la jornada 10. Ahí comenzó su cuesta abajo. Primero se fue a la calle el arquitecto de los burgaleses, Carlos Terrazas. Llegó Claudio Barragán. También cayó. Ahora es Javier Álvarez De los Mozos el que trata de sacar de la tormenta a la nave rojilla.