El Zaragoza busca una victoria con buen juego

El equipo desea encontrar cuanto antes el método y la inspiración que permita mezclar la solvencia con un punto de brillantez.

La plantilla zaragocista, en plena carrera durante el entrenamiento de ayer viernes en La Romareda.
La plantilla zaragocista, en plena carrera durante el entrenamiento de ayer viernes en La Romareda.
aránzazu navarro

Primer mandamiento: ganar. Indispensable cada día que el Real Zaragoza de Segunda División juegue en La Romareda y de obligado cumplimiento, dentro y fuera de casa, para lograr en junio el ascenso a Primera.


Ranko Popovic lo lleva marcado a fuego en su libreto. Y así lo quiere volver a trasladar al marcador final de mañana en la cita matinal (12.00) en el estadio municipal ante el Elche. "No me interesa abrir brecha en la tabla ni nada sobre esas cuestiones clasificatorias. Solo quiero ganar los tres puntos. Lo demás, no importa ahora. Son tres puntos fundamentales, no porque sean decisivos a estas altura de la liga, sino porque nos van a permitir sentirnos muchísimo mejor, trabajar más tranquilos y de una manera más positiva en lo sucesivo", razona el serbio a través de un pensamiento absolutamente pragmático en su globalidad.


"Ya hemos fallado dos veces en casa. Y espero que no volvamos a fallar nunca más", añade para lanzar al aire así, con intención, las dos referencias negativas que han emborronado un inicio liguero que, en todos los demás capítulos –hasta ocho– ha supuesto la suma ininterrumpida de puntos hasta llegar a los 16 que ahora ostenta el equipo en la clasificación.


Los futbolistas blanquillos no deben olvidar nunca, hasta que el campeonato concluya dentro de ocho meses, que el cupo de yerros graves como locales lo gastaron por completo en apenas siete días en aquellos fracasos ante Osasuna y Córdoba. Después de aquella doble derrota, el equipo respondió bien ante el Alavés (victoria por 1-0) y redundó hace 15 días contra el Tenerife (triunfo por 2-0). Mañana, frente al Elche, el Real Zaragoza necesita seguir la misma senda para continuar agrandando la longitud y el peso específico de la reacción que nació en Lugo el 26 de septiembre y que ha llevado al equipo blanquillo a la zona noble de la clasificación.


Segundo mandamiento: entretener, ofrecer un mínimo de juego plástico y vistoso con el que la afición zaragocista satisfaga sus ansias por disfrutar del fútbol tras muchos años de penurias y disgustos. Este es un mandato más complicado de cumplir. Ni el perfil de la competición de plata favorece, hace años, la manufactura de demasiados partidos brillantes, ni las hechuras de la plantilla zaragocista guardan demasiadas gotas de esencia con la que vestir con aromas de calidad los choques de La Romareda.


En esa árida tarea está inmerso Ranko Popovic hace tiempo y, mañana ante los ilicitanos, sueña con que pueda ser el día en el que el exito victorioso pueda venir acompañado de un espectáculo que guste a la parroquia. Algo que, salvo en el estreno frente al Almería, con aquel emocionante 3-2 final, no se ha vivido ni por aproximación salvo en momentos muy puntuales, a cuentagotas. "Sería importante que el equipo diera una imagen parecida a la que ofreció en Albacete, recuperar aquellas sensaciones de juego y resultado final", dijo ayer, con el agrio sabor de boca todavía latente que dejó el feo partido desarrollado en Gerona la semana pasada. Y, por supuesto, rememorando en el subconsciente las dos malas segundas partes vividas en los triunfos como locales ante Alavés y Tenerife, donde la obsesión por defender las ventajas por encima de cualquier otra cuestión dejó romo el mecanismo ataque.

Eludir la presión y disfrutar

Ranko Popovic intenta que varios de sus futbolistas más relevantes logren disfrutar jugando al fútbol. Que no sufran con el balón en los pies. Que no les resulte incómodo actuar como locales por las enormes exigencias que les genera en envoltorio de La Romareda. Por eso, buena parte de la rueda de prensa de ayer giró en torno a un vademécum de recomendaciones con las que ya ha percutido al equipo en la caseta durante la semana. "Hay que intentar jugar con normalidad, con naturalidad. No hay que obsesionarse con nada. Debemos actuar confiados. Si logramos manejar el balón y el juego así, las cosas acabarán saliendo bien", indicó al respecto.


"Todos los partidos son buenos para dar un paso adelante. Cada partido tenemos la oportunidad de confirmar algo positivo. Y este ante el Elche lo es", retó Popovic a su vestuario, reprochando la mala puesta en escena que dejaron hace siete días en Montilivi. "También en Gerona teníamos la posibilidad de crecer en juego y no lo conseguimos. Al menos, jugando mal, no perdimos. Espero que, en casa y ante el Elche, nos salga ya un partido bueno de verdad", espetó.


"En Albacete demostramos que sabemos jugar, que podemos estar finos con el balón, llegar bien a la portería contraria y marcar goles. El Zaragoza no debe ser más el de Gerona, donde con tres toques de balón no éramos capaces de controlarlo. Confío en que mañana todo va a mejorar", rememora Popovic antes de lanzar una última consigna a los rematadores, esos goleadores que tanto se están haciendo de rogar en los primeros dos meses y medio del torneo: "Sobre todo arriba, delante de la portería, cuando tienes muchas prisas, las cosas no te salen nunca. No hay que volvernos locos si las cosas no salen en un principio y tener paciencia, calma", repitió en su permanente serie de consejos en voz alta.

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