El Real Zaragoza ha regresado este martes a los entrenamientos con la tranquilidad que dio la victoria contra el Alavés, la tristeza por la grave lesión de Jaime, un jugador muy querido en el vestuario blanquillo y una plantilla en cuadro. Popovic no podrá contar para el encuentro del próximo domingo (17.00) en Albacete con los lesionados Jaime, Rubén, Mario, Marc Bertrán y Pedro ni con los internacionales Vallejo y Bono, convocados por la selección española sub-21 y la de Marruecos, respectivamente. 

En total, seis bajas que dejan mermado al Real Zaragoza, en especial su zaga. Cuatro de los ausentes son defensas, por lo que Popovic solo cuenta con otros cuatro jugadores de esta línea para tratar de recomponerla. De ellos, solo uno, Cabrera, es central. El resto de los zagueros disponibles son Rico, Abraham e Isaac, tres futbolistas más ofensivos que defensivos.

Con Cabrera, precisamente, ha charlado en privado Popovic durante un rato durante el entrenamiento, ya que es consciente de la importancia del uruguayo para lograr compactar una defensa improvisada de la que, de momento, no ha dado ninguna pista. A lo largo de la sesión también ha hablado a solas con otros futbolistas, como Ortuño, quien podría mantener la titularidad tras su gol, o Hinestroza, cuya importancia aumenta con la lesión de Jaime.

El entrenador serbio ha centrado la sesión preparatoria en la posesión, la presión y el acierto de cara a portería. Durante casi todo el entrenamiento, los jugadores han ensayado en un campo reducido, sin porterías, con el único objetivo de aguantar el balón y presionar al contrario para robarlo cuanto antes, mientras que en el tramo final el técnico ha organizado un partidillo, también en terreno de juego de apenas 30 metros de largo, con el objetivo de que jugaran sin espacios y llegaran mucho a portería.