Osasuna como punto de inflexión. Bajo esa convicción trabaja la plantilla del Real Zaragoza en la semana previa al trascendental choque del domingo (12.00), entendiendo que los navarros son un rival propicio para revertir la dinámica negativa.

Con el conveniente respeto, no inquieta que lleguen como colíderes de la Segunda División y se valora la rivalidad entre escuadras como acicate de una afición descontenta.

Así lo expuso este martes Albert Dorca, como capitán del equipo que es, asegurando que "viene bien disputar un partido así en este momento", cuando el bloque está "rabioso" por su última actuación.

Las visitas de Osasuna siempre son especiales, algo que el catalán pudo comprobar en primera persona la pasada campaña, en su debut con la elástica blanquilla: "Fue un partido muy bonito y la afición estuvo espectacular. Espero un ambiente parecido, que consigamos ganar y sea un punto de partida para recuperar las buenas sensaciones".

El vestuario no duda de su capacidad y aboga por mantener la calma, a la espera de que lleguen mejores resultados. "Tenemos que estar más tranquilos que nunca, sin venirnos abajo. Hemos completado buenos partidos y sabemos que hay calidad", señaló Dorca en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, sosteniendo que no es beneficioso que en la cuarta jornada se instalen los dramatismos, y que una victoria devolvería al Real Zaragoza a los puestos punteros.

Triunfo que tiene que llegar "igualando la intensidad" de un adversario que, a pesar de su juventud, se asemeja a ese Osasuna de toda la vida: directo, rocoso y trabajado. Enrique Martín ha conseguido inyectar moral y autoestima a un conjunto que a punto estuvo de consumar el descenso a la Segunda División B hace solo unos meses. 

Para ello, ha precisado de ocho nuevas incorporaciones (Mario Fernández, Nauzet Pérez, Tano Bonnin, Luis Martins, Adrián Sánchez, Matej Pucko y Álex Sánchez) dentro de una plantilla limitada a 18 fichas por la sanción que la Liga de Fútbol Profesional impuso al club por su impago del traspaso de Silva al Universidad Católica de Chile.

Los pamploneses se presentarán en La Romareda con tres victorias en su casillero -Llagostera, Mirandés y Leganés- y una única derrota: la sufrida en Almería. Resultados que cumplen a la perfección con una de las claves de la filosofía de Martín: de nada sirve jugar bien si acabas perdiendo. Más aún a estas alturas de Liga, cuando el disfrute puede esperar. Los resultados, no.