Las salidas, objetivo prioritario de la semana

En puertas del inicio de agosto, el Real Zaragoza necesita rebajar cuanto antes su masa salarial para completar la plantilla.

Fernández (izda.), Álamo (de espaldas) y Alcolea (dcha.), tres de los que deben abandonar el Real Zaragoza por cuestiones económicas, charlan con Rico durante un entrenamiento la semana pasada.
Fernández (izda.), Álamo (de espaldas) y Alcolea (dcha.), tres de los que deben abandonar el Real Zaragoza por cuestiones económicas, charlan con Rico durante un entrenamiento la semana pasada.
Javier Broto

Es la hora de las salidas en el vestuario zaragocista. La semana que este lunes comienza, en cuyo final aflorará ya agosto, tiene una marca de urgencia en el calendario del área deportiva y financiera del Real Zaragoza. La que dice que es necesario, cuanto antes mejor, rebajar la masa salarial que presenta a día de hoy el vestuario del equipo aragonés, de manera que no surjan problemas de límites normativos (los que dicta la Liga de Fútbol Profesional) cuando llegue el momento de perfilar la plantilla con los últimos fichajes.


Tras 15 días de trabajo del nuevo equipo y con la primera fase de la pretemporada cumplida en Boltaña según lo previsto, buena parte de los refuerzos necesarios ya se han consumado: diez, más la continuidad de Bono. Pero, por el contrario, solo uno de los varios jugadores que está programado que abandonen la disciplina del club por distintos motivos, Óscar Whalley, ha encontrado acomodo fuera del Zaragoza: se ha ido cedido al Huesca. El resto sigue trabajando a las órdenes de Popovic y, a partir de ahora, el tiempo va a correr en contra progresivamente si no se van solucionando sus respectivas reubicaciones.


Por cuestiones puramente económicas, Fernández, Álamo y Abraham saben desde el principio del verano que no tienen sitio en el plan de la temporada venidera. Sus sueldos rompen los esquemas de raíz, son inasumibles en un bloque que este año va a contar con más fichas –en principio, 22, en vez de las 18 del año pasado– con un techo salarial similar, salvo que el devenir de los acontecimientos propicie que los directivos de la SAD logren ampliarlo en sus conversaciones con la LFP.


Fernández es, desde el principio, el que más cerca está de marcharse. Córdoba (que posee el 50% de su pase desde que llegó al Zaragoza hace dos temporadas y media) y, sobre todo, Oviedo, pugnan por una solución final. Álamo también es objeto de deseo de algunos equipos de Primera y, mayormente, de Segunda (Granada, Almería...), pero no es sencillo rematar estas cesiones o traspasos definitivos. Sobre Abraham, que el año pasado ya salió cedido al Eibar, en las últimas fechas ha surgido la opción de que se quede, por prescripción de índole deportiva de Popovic, siempre y cuando aceptase una notable rebaja en su salario (superior a los 400.000 euros), tal y como precisamente hicieron el año pasado Fernández y Álamo para seguir un año más en la entidad blanquilla.


Rubén, Lolo y Alcolea, asimismo, están fuera de los parámetros aconsejables. Y Adán Pérez, por cuestiones futbolísticas, también se quiere que sea objeto de un préstamo, con el Ebro al acecho. Los números instan al club a acometer con decisión todos estos casos antes de rematar la composición final del plantel.

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