Una afición de primera

El zaragocismo llevó a los suyos en volandas desde dos horas antes del inicio del partido.

La afición del Real Zaragoza en La Romareda.
La afición del Real Zaragoza en La Romareda.
Lydia de Jesús

Dos horas antes del partido, el zaragocismo comenzó a disputar su particular partido. Cientos de aficionados se daban cita a las puertas del Hotel Romareda para hacer pasillo a los jugadores y arroparles hasta el interior del estadio. Los cánticos se sucedieron por las terrazas y bares de la zona, teñidos de blanquiazul para la ocasión. La afición estaba ansiosa de que diese comienzo el partido.


Para entonces, habían reservado el más emotivo de los himnos, entonado a capela con las bufandas al viento y un mosaico que cubría prácticamente la totalidad del estadio. A partir de entonces, las 34.500 gargantas que llenaron La Romareda ya no dejarían de animar al equipo. En las buenas y en las malas. Cuando se recibió el primer tanto, buscaron recomponer la moral de unos futbolistas tocados, que no encontraban la forma encontrarse sobre el césped. Protestaron cada una de las jugadas polémicas del árbitro y prosiguieron con sus cánticos de ánimo. Con el gol de Rico, en el minuto 40, llegó la locura. Todos levantados de sus butacas hasta que el árbitro señalase el camino de los vestuarios.


Al inicio de la segunda mitad, más de lo mismo. La grada buscó de nuevo transmitir las mismas sensaciones que en el arranque, entregada al juego de su equipo.El empuje todavía fue mayor tras el gol de Pedro. El zaragocismo creía y no era para menos. Cuando peor lo pasó el equipo, con el empuje de Las Palmas en busca del empate, ahí volvió a aparecer La Romareda para dar el último aliento. Ya en la recta final, el gol de Willian desató el júbilo. 3-1 que hacía ver el sueño del ascenso más cerca que nunca. Euforia que se mantuvo hasta el final del partido, cuando la agonía de los ataques de los canarios se hizo más fácil de digerir con la grada en ese estado. Tras el pitido final, despedida de primera para unos jugadores que el próximo domingo pueden ser de Primera.