El club valora retocar la plantilla en enero

Pese a que hoy es imposible poder plantear una contratación, si concluyese la negociación con Hacienda con éxito y la Liga diera después el visto bueno, se intentaría fichar en enero.

Ángel Martín González, director deportivo, junto al consejero Carlos Iribarren.
El club valora retocar la plantilla en enero
J. M. Marco

Aunque en la fecha actual sea un ejercicio en vacío, por las especiales y complicadas circunstancias financieras y societarias que envuelven el día a día del Real Zaragoza, los responsables del área deportiva del club no tienen totalmente descartado modificar la composición de la plantilla en el mercado de invierno, que permanecerá abierto durante todo el ya próximo mes de enero.


Pese a que, a día de hoy, plantearse siquiera la ejecución de un fichaje es una quimera, un imposible, por la gravedad de los asuntos dinerarios que afectan al club aragonés, el director deportivo, Ángel Martín González, y el consejero de dicha área, Carlos Iribarren, han abocetado un plan por si, con el paso de los días, las cosas evolucionan hacia el mejor de los escenarios posibles. Ambos dirigentes ya tienen establecidas unas mínimas bases por sí, en las próximas cinco semanas, las negativas coordenadas por las que transita la SAD en términos de tesorería experimentan un vuelco positivo y, por ello, se puede encontrar un resquicio por el que llevar a cabo algún retoque en el vestuario de cara a la segunda parte de la temporada.


Para que esto pudiese llevarse a efecto, son varios los condicionantes que deberían sufrir un vuelco radical. El primero, obviamente, pasa porque en un corto plazo la SAD logre un acuerdo con Hacienda que haga viable su futuro como entidad. Sin esa reestructuración de los pagos de la deuda histórica con la Agencia Tributaria –32 millones de euros–, nada tendrá sentido. Tampoco los posibles fichajes, los deseables refuerzos invernales en cualquier equipo con aspiraciones.


Si se alcanzase ese logro, si el Zaragoza pudiese tener una liquidez mínima en el próximo mes, habría que saltar otra frontera de difícil franqueo. La que supone la limitación económica y numérica que, a través de una sanción de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por la nefasta gestión llevada a cabo el pasado curso por los directivos zaragocistas (Agapito Iglesias y Jesús García Pitarch), tiene al actual Real Zaragoza mutilado con un máximo de 18 fichas profesionales y un monto salarial global –de alrededor de 2,5 millones– que ya está totamente cubierto desde septiembre. La LFP no permite añadir un solo euro de más al apartado de gastos en jugadores (media docena de ellos cobran el salario mínimo establecido, 64.500 euros anuales). Y, como recuerda permanentemente Martín González, tampoco es posible jugar con el lógico trueque de dar de baja una de esas 18 fichas para poder sustituirla por otra, pieza por pieza, ya que la LFP computa como gasto todo lo que ya ha sido invertido en los futbolistas que, hipotéticamente, pudieran marcharse.


En definitiva, que si el Real Zaragoza está en algún momento, a lo largo de los próximos 40 días, en disposición de plantearse el gasto de algún dinero en fichajes porque su litigio con Hacienda ha concluido con éxito, la LFP sería feudo de otra dura negociación. La que habría que mantener con el director general de la Liga, Javier Gómez, mano derecha del presidente Javier Tebas, para encontrar una fórmula aceptable que cambiase los actuales condicionantes que maniatan al Real Zaragoza ante cualquier intención de salir a husmear en el mercado de futbolistas.


Solo si el club aragonés fuese capaz de solventar satisfactoriamente este nuevo episodio pleno de dificultades normativas, las puertas a un posible refuerzo podrían entreabrirse mínimamente. Habría que desprenderse de alguno de los 18 futbolistas actuales y, probablemente, el hipotético sustituto debería venir a coste cero, o cifra aproximada. Es decir, mediante una cesión en la que el club propietario corriese con los gastos de su ficha casi en su totalidad. La prioridad deportiva no se centraría ni en la delantera, que se considera bien cubierta, ni en la defensa, donde hay bastantes alternativas. En caso de ser posible algún movimiento, el puesto primer a reforzar sería el medio centro con un jugador polivalente, de recorrido.


Como resulta obvio, este plan, a 24 de diciembre, se compone en buena medida de castillos en el aire. Esta vez, a siete días vista de la apertura del mercado invernal de fichajes, el Real Zaragoza está totalmente incapacitado para llevar a cabo cualquier refuerzo inmediato en su plantilla. Al contrario que en todos los años precedentes, esta vez no ha habido lugar a establecer la más mínima negociación por ningún jugador dado que la SAD vive condicionada por cuestiones mayores. Los clásicos fichajes de enero del Zaragoza tienen, a finales de 2014, la catalogación de meras hipótesis. Crudas hipótesis.