La Ponferradina, puente de entrada y salida al banquillo

El equipo leonés, verdugo de Herrera la pasada campaña, pone a prueba el debut de Popovic.

El serbio Popovic, en su nuevo banquillo.
La Ponferradina, puente de entrada y salida al banquillo
H.A.

El pasado mes marzo, tras la derrota ante la SD Ponferradina, el Real Zaragoza comunicó a Paco Herrera la decisión de que no iba a continuar siendo técnico de la primera plantilla. La derrota en territorio leonés, que dejó al equipo más cerca del descenso a Segunda B que del ascenso a la máxima categoría, resultó profundamente dolorosa por los pocos paliativos con que llegó (4-2 en contra y la sensación de que pudieron ser algunos más) y los siete encuentros sin conocer la victoria acumulados fechas atrás.


Yuri de Souza se erigió como el principal verdugo blanquillo, firmando un 'hat-trick' y siendo protagonista de gran parte de las acciones ofensivas locales. Ante el desconcierto zaragocista, el delantero hizo cuanto quiso con la defensa planteada por Herrera y enseñó a este el camino de la puerta de la entidad.


Víctor Muñoz fue el encargado de tomar el puente de acceso a un barco que él mismo definió como "complicado" y afrontar los tres meses que restaban por delante con el cometido de comandar un periodo de transición, que a corto plazo no exigía el ascenso a Primera. La campaña terminó con el Zaragoza décimocuarto y las dudas de qué pasaría con su figura tras los cambios que se preveían para el periodo estival. Finalmente, a finales de julio, fue ratificado como entrenador del nuevo proyecto.


Situación que se prolongó otros tres meses, concretamente los que distan entre el arranque de campaña, allá por finales de agosto, y el pasado lunes, cuando el club decidió prescindir de sus servicios. Atrás quedaba la segunda etapa de Muñoz como entrenador, a las puertas de la visita de una SD Ponferradina que tiende un nuevo pero bien distinto puente en el banquillo maño. 


El serbio Ranko Popovic se presenta este domingo ante una afición ansiosa por conocer hasta qué punto es capaz de imponer la posesión del balón por encima de las transiciones rápidas, hasta qué punto llega a transmitir ese carácter y orden propio de los deportistas de los Balcanes y, por supuesto hasta qué punto llega a establecer la firmeza defensiva. Asignatura, esta última, que pasa por empezar 'a secar' a un viejo conocido: el brasileño Yuri. Y si no, que le consulten a Herrera.