​La rueda de prensa de Soria fulmina a Víctor Muñoz

El Consejo de Administración destituye al entrenador tras analizar el contenido, el tono y el talante de sus declaraciones públicas del pasado sábado tras la derrota ante el Numancia.

​La rueda de prensa de Soria fulmina a Víctor Muñoz
​La rueda de prensa de Soria fulmina a Víctor Muñoz

La rueda de prensa que ofreció Víctor Muñoz el pasado sábado en el estadio de Los Pajaritos de Soria ha detonado su destitución como entrenador del Real Zaragoza. El Consejo de Administración de la SAD, reunido ayer por la tarde, decidió prescindir de Muñoz de manera fulminante tras analizar el contenido, el tono y el talante de sus declaraciones públicas emitidas tras la derrota por 2-0 en el campo del Numancia.


Los dirigentes de la entidad zaragocista consideran preocupante la mala racha en la que se halla sumido el equipo desde hace cuatro semanas, sin conocer la victoria y en las que solo ha podido sumar un punto de los 12 disputados ante Tenerife, Sporting, Betis y el citado equipo numantino. Pero, por encima de la evidente parálisis que evidencia el equipo en el último mes, ha sido la postura personal adoptada por Víctor Muñoz en la reseñada conferencia de prensa la que ha hecho concluir a los directivos de la SAD que su continuidad al frente del vestuario no era ni conveniente ni viable para el buen funcionamiento del colectivo de profesionales.


En la decisiva rueda de prensa de Soria, Víctor Muñoz, visiblemente alterado, no admitió en ningún momento que el Real Zaragoza había cuajado el peor partido de la temporada, dejando sobre el césped una imagen muy deficiente y cosechando una dolorosa derrota ante un rival que no había ganado como local en todo lo que iba de liga (desde agosto). Al contrario, con vehemencia, aseguró diez minutos después de acabar el choque que, según su criterio, la labor del equipo había sido muy satisfactoria. "Quizá es el mejor partido que ha jugado el Real Zaragoza" fue su aseveración más sorprendente. "El primer tiempo ha sido excelente" supuso otro de los pasajes insólitos de su peculiar diagnóstico sobre lo apreciado en Los Pajaritos.


Pero, al margen del subjetivo análisis del partido en términos futbolísticos que Víctor Muñoz ofreció ante los periodistas, la reacción que más ha abollado su imagen dentro del Consejo es la que destiló cuando se le preguntó cómo había recibido los gritos de "Víctor vete ya" que se lanzaron desde la grada ocupada por los casi 2.500 seguidores zaragocistas mediada la segunda parte. "Yo, si queréis, me voy mañana. Si hacéis una votación (dirigiéndose a los periodistas" y sale que me voy, me voy mañana. No hay ningún problema. Y no es un acto de chulería ni absolutamente nada", espetó enfáticamente, con la voz rajada y visiblemente alterado antes de concluir: "Creo que vine de una manera... y me voy mañana, si queréis. Eso para todos, ¿eh?, eso para todos", remató con un gesto mímico que se entendió como una referencia subrayada a la directiva.


Ayer, el Consejo de Administración del Real Zaragoza tomó la decisión, de manera colegiada y unánime, de destituir de su cargo a Víctor Muñoz vistos y escrutados todos los detalles sobre su conducta, tanto en Soria, como en fechas anteriores. Algunos de los patronos y consejeros no se encontraban físicamente en Zaragoza por motivos de índole particular, pero su voto y parecer quedó patente a través de las múltiples conversaciones mantenidas por todos ellos a lo largo de la jornada.Breve reunión en el club

Todos estos pormenores fueron comunicados ayer a Víctor Muñoz por parte de los dirigentes del Real Zaragoza, que citaron al técnico a las 19.00 en la sede de La Romareda. Muñoz, que tuvo que regresar de Barcelona con antelación (ayer el equipo tenía fiesta y el próximo entrenamiento está programado para hoy a las 17.00), conoció en apenas media hora de encuentro su cese al frente del vestuario y abandonó las oficinas sin hacer declaraciones.


Junto a Víctor Muñoz también se marcha todo su equipo de colaboradores personales. Es decir, el segundo entrenador, Raúl Longhi. El preparador físico, Manuel Lapuente. Y el preparador de porteros, Eduardo Basigalup.

El finiquito de todos ellos, que comenzó a elaborarse anoche nada más consumarse el despido de Víctor, supone un monto de alrededor de 180.000 euros.