Víctor Muñoz lleva al equipo a Gerona en busca del despegue

Muñoz, en la previa del duelo ante el Llagostera, trabajará fuera de Zaragoza para apuntalar su segunda victoria

El equipo zaragocista, ayer en el entrenamiento matinal en la Ciudad Deportiva.
Víctor Muñoz lleva al equipo a Gerona en busca del despegue
Asier Alcorta

Víctor Muñoz pidió una miniconcentración fuera de Zaragoza en cuanto fuera posible y ha llegado el momento de que esos días de trabajo lejos de la capital aragonesa se hagan realidad. El entrenador aragonés y la plantilla se marchan esta tarde a San Feliu de Guíxols, en la Costa Brava gerundense, con el objetivo de encadenar el sábado ante el modesto Llagostera (partido que se jugará en Palamós a las 16.00) la segunda victoria de la temporada y relanzar al equipo hacia la zona noble de la clasificación tras un complicado inicio de curso.


Este breve ‘stage’ junto al Mediterráneo va a servir al cuadro técnico y a una parte de la plantilla -los primeros que fueron llegando al renovado vestuario- para romper la rutina que ha generado todo un verano trabajando en la Ciudad Deportiva, un hecho sin precedentes a causa de las enormes dificultades societarias que ha vivido el Real Zaragoza en el periodo estival que ya ha concluido. Los nuevos dirigentes del club, la Fundación 2032, aseguraron en su día a Muñoz que, en cuanto la plantilla se completara y tuviese sentido acometer una estadía de estas características, harían el esfuerzo necesario para complacer al técnico. Y va a ser en tierras de Gerona donde Víctor pueda perfilar los detalles que, tras la primera victoria del curso obrada el pasado fin de semana en la Romareda ante el Alavés, signifiquen el despegue del nuevo Real Zaragoza hacia las cotas que se pretenden y que están lejos de la cola de la tabla, de donde se salió el pasado sábado.


Ha pasado un mes natural desde que comenzó la competición y, gota a gota, el trabajo de reconstrucción casi total de la plantilla ha sido culminado por el área deportiva que dirigen Carlos Iribarren y Ángel Martín González. Desde la llegada del delantero Tato la semana pasada, ya están todos los que tienen que estar en el vestuario. Y en este complicado y duro tramo inicial, como era previsible, al equipo le ha costado arrancar. Han tenido que pasar cinco jornadas para saborear el primer triunfo. El Zaragoza llegó a ocupar puesto de descenso a Segunda B en la 4ª jornada. No ha sido capaz, por ahora, de anotar más de un gol en un partido. Se le escaparon dos victorias en los últimos instantes de los envites ante Osasuna y Sabadell. En definitiva, déficit de solvencia que, tras salir con éxito de la cita contra el Alavés, se esperan mejorar de forma notable en el próximo choque ante el Llagostera y con estos días previos de convivencia y compenetración del equipo en esta estancia en San Feliu de Guíxols bajo la batuta de Víctor Muñoz.Días de recorrido por la comarca

No va a ser una concentración sedentaria la que hoy comienza el Real Zaragoza en la Costa Brava. Su hotel base está en las afueras de San Feliu, el Edén Roc, ubicado en un pequeño cabo rocoso sobre el mar, el Port Salví. Pero los entrenamientos del jueves y el viernes no serán en la localidad de Guíxols (de casi 22.000 habitantes), cuyo campo es de césped artificial y no sirve. El equipo zaragocista se desplazará por este motivo a dos enclaves diferentes. Uno, la pequeña localidad de Monells (apenas tiene 200 vecinos), también en la comarca del Bajo Ampurdán, a 30 kilómetros de San Feliu, en cuyo campo de fútbol trabajará mañana jueves por la mañana y el viernes por la tarde. Y, por otra parte, también utilizará el campo de Palafrugell, pueblo de 23.000 habitantes que está 25 kilómetros al norte, ya muy cerca de Palamós. Allí acudirán mañana por la tarde.


El campo de Palamós, que es el que está obligado este año a utilizar el Llagostera al no reunir su pequeño estadio los mínimos exigidos por la Liga de Fútbol Profesional en cuanto a servicios y estructuras, no puede ser ocupado en ningún momento por el Real Zaragoza en estas fechas porque es el conjunto llagosterense el que entrena en él todos los días. Al estadio Costa Brava -nueva denominación- solo acudirá el equipo de Muñoz el sábado para disputar el partido liguero ante los inquilinos locales. Y desde allí, al término del choque (que arrancará a las 4 de la tarde, televisado por Aragón TV), la expedición zaragocista regresará a casa para poner punto final a una concentración extraordinaria que Víctor esperaba desde hace semanas para fortalecer su vestuario.


Van a ser cuatro fechas, apenas algo más de 72 horas fuera de casa, pero en las circunstancias excepcionales que concurren en el actual Zaragoza, un tiempo precioso para que el entrenador aragonés dé un impulso determinante al plantel y pueda dar por concluido el tiempo de provisionalidad en la caseta. Estas tres noches fuera de casa van a ser la concesión extra de la Fundación 2032  al cuadro técnico para que, esa pretemporada de verano que no pudo ser ni en julio ni en agosto por motivos obvios e imponderables, sea ahora un espacio útil y aprovechable para elevar el nivel del rendimiento del grupo de manera definitiva.


Víctor, sus ayudantes, los jugadores y los auxiliares se marchan hoy solos. Hasta el viernes su conviviencia será integral. Como en cualquier verano normal en las concentraciones en la montaña, un hecho que este año en el Real Zaragoza resultó imposible de plantear en medio del agitado proceso de compraventa del club y sin plantilla alguna. Hasta pasado mañana no está previsto el viaje de Iribarren y Martín González, ya en los prolegómenos del importante choque contra el Llagostera.