Madrid y Barça no prestarán ningún jugador

Pese a la solicitud del Real Zaragoza, efectuada a finales de julio, los dos grandes no contemplan razonables ni útiles los préstamos de futbolistas 
al club aragonés

Las promesas de finales de julio se han convertido en negativas un mes más tarde. Ni el Real Madrid ni el FC Barcelona van a ceder al Real Zaragoza un solo futbolista emergente de sus respectivas canteras, tal y como solicitó la nueva propiedad zaragocista a su llegada a finales de julio. Una iniciativa que, en principio, obtuvo una respuesta esperanzadora por parte de las directivas de ambos grandes clubes  del fútbol español y que, desde ayer, está prácticamente descartada en la dirección deportiva del Zaragoza.


Que el Barça no iba a prestar a ninguno de los muchos futbolistas promesas que pueblan su filial, era algo cantado hace mucho tiempo. El hecho de que el Barcelona B comparta la Segunda División con el Zaragoza hace que sus responsables deportivos no vean utilidad en un préstamo de esa naturaleza. Los jugadores jóvenes de La Masía van a estar siempre bajo la tutela del Barça en su filial y nunca cedidos a otro Segunda. En todo caso, a algún club de Primera sí que es posible. La opción de Dani Nieto, a principios de agosto, fue la única que estuvo cerca de cuajar. Pero la intromisión del Éibar, de la primera categoría, la diluyó por motivos obvios.


El caso del Real Madrid es diferente. Con su filial definitivamente en Segunda B (tras varias semanas de incertidumbre que han paralizado las conversaciones entre clubes por si retornaba a Segunda en los despachos), el Zaragoza solicitó en firme el préstamo del ariete De Tomás y retomó los tratos iniciados para la cesión de Lucas Vázquez. Éste acabó marchándose anteayer al Espanyol (de nuevo la categoría del pretendiente perjudicó al club aragonés), mientras que ayer el Madrid comunicó al Zaragoza que De Tomás, por sugerencia de Ancelotti y, por último, de Zidane –nuevo entrenador del Castilla– no se mueve de allí. La postura del técnico francés no contempla que ninguno de sus hombres venga cedido a la Romareda.