El Zaragoza cae en casa del colista víctima de sus errores

La inoperancia en los últimos metros lastró a los blanquillos. Leo Franco erró en el segundo gol.

Cidoncha disputa un balón en Montilivi
El Real Zaragoza cae ante el colista víctima de sus propios errores

El Real Zaragoza cayó derrotado en Montilivi, estadio del Girona, colista de la Segunda División española después de 35 jornadas de liga. Los jugadores del conjunto aragonés pagaron caro sus errores tras fallar hasta cinco ocasiones claras de gol. Leo Franco se sumó al carrusel de errores al regalar el balón al rival en el segundo tanto local.


El equipo que entrena Víctor Muñoz no fue capaz de anotar un solo tanto al que se suponía rival más débil de la categoría. No fue por no intentarlo. Henríquez y Roger se convirtieron en tristes protagonistas y claro exponente de lo que fue el Real Zaragoza durante todo el choque: un quiero y no puedo. Tanto el chileno como el valenciano se mostraron incapaces de materializar ni uno solo de los balones francos de los que gozaron.


El Girona no mostró mejor cara, pero sí hizo gala de una eficacia bárbara. En el minuto 12 lograron romper la igualada tras tejer un contraataque de manual después de que el conjunto zaragozano no atinara a concluir un córner favorable. Timor, el interior zurdo del club gerundense, puso firma al primer tanto del choque con un golpeo ajustado a la base del palo derecho de Leo Franco.


Un gol que rompió los esquemas de Víctor y los suyos, que permanecieron en estado de shock durante casi veinte minutos. Sólo cuando restaba un cuarto de hora para la conclusión del primer tiempo parecieron reaccionar, pero su falta de puntería evitó que el empate campeara en el marcador al descanso.


Roger fue el primero en marrar un gol cantado. El valenciano remató muy forzado un centro de Montañés que Henríquez dejó pasar de largo. El balón, que pareció llegarle por sorpresa, impactó en el guardameta cuando ya se intuía el tanto de la igualada. Antes, su compañero en ataque había lanzado ligeramente desviado un tiro con su pierna zurda.


De nuevo Roger pudo batir a Isaac Becerra. Corría el minuto 38 cuando el menudo atacante lanzó alto el esférico tras golpear de primeras un nuevo centro de Montañés. El portero estaba muy adelantado y una vaselina lo habría batido.


Apenas un par de minutos después sería Luis García el que probaría suerte. Su tiro desde la frontal se marchó alto poco antes de que el árbitro pitase el final de la primera parte. El asturiano, que se había reconciliado con la afición zaragocista en los últimos partidos, volvió a mostrarse abúlico e intrascendente durante los 90 minutos.


Errores arriba... y abajo


Víctor Muñoz, consciente de que su equipo precisaba un cambio,dio entrada a Víctor Rodríguez en detrimento de Cidoncha. El menudo mediapunta ocupó una posición más avanzada, dejando a Arzo como único pivote. Entretanto, el guión del choque apenas había variado. Totalmente solo, Roger demostraba una vez más que no era su día al cabecear desviado un balón manso dentro del área pequeña. Lo realmente complicado era no alojarlo en las mallas.


A su lado, Henríquez se empeñaba en demostrar que su olfato también estaba apagado. Tras recibir en ventaja un pase interior de Víctor, el delantero cedido por el Manchester United se pensó demasiado tiempo qué opción sería la más correcta. Cuando se decidió por el remate -con su pierna menos buena-, ya tenía tres jugadores del Girona encima y el balón acabó rebotando en el exterior de la red.


El Real Zaragoza, más por pura necesidad que por argumentos futbolísticos, era dueño y señor del envite. Henríquez abandonó el campo y Álamo entró en su lugar, pasando a ocupar la banda derecha, hasta entonces propiedad de Montañés.


Pero el control zaragocista se desactivó a falta de veinte minutos. Justo en el preciso instante en que Ortuño, ariete del club catalán, pudo haber sentenciado el choque al cabecear un balón colgado desde la banda derecha. La tierna defensa blanquilla se quedó mirando el intento gerundense, que salió desviado. Solo dos minutos después se repetiría el guión, con el mismo resultado.


El tercer cambio en las filas aragonesas resultó desconcertante. El hasta entonces lateral izquierdo, Abraham Minero, dejó su sitio a Diego Rico. Víctor Muñoz gastaba su última bala canjeando un defensa por otro del mismo perfil. El técnico no contaba en su banquillo con más jugadores de carácter ofensivo después de dejar fuera de la convocatoria a Esnáider y Suárez. Minutos después, Muñoz sería invitado a abandonar el banquillo tras protestar una posible falta sobre uno de sus pupilos.


Y entonces apareció un protagonista inesperado. Leo Franco, muy regular durante toda la temporada -a excepción de un par de errores puntuales- no acertó a despejar por dos ocasiones el esférico tras el saque de un córner. El primer intento impactó en la espalda de Álvaro. El segundo, sin rivales en un perímetro considerable, lo manoteó a apenas tres metros. Justo donde se encontraba Ortuño que, esta vez sí, fusiló al arquero argentino a placer a falta de cinco minutos para la conclusión. Un gol que sentenciaba al choque y devolvía al Real Zaragoza a la dura realidad después de una semana de cábalas y cuentas con el play-off en mente.


Ficha del partido


2 - Girona FC: Becerra, Juanlu (Iván López, min.66), Migue, Richy (Chus Herrero, min.78), Ramalho, David García, Eloi, Timor, Gerard Bordas (Matamala, min.63), Jandro y Ortuño.


0 - Real Zaragoza: Leo Franco, Fernández, Alvaro, Laguardia, Abraham (Rico, min.76), Cidoncha (Victor, min.46), Arzo, Luis García, Montañés, Henriquez (Javi Alamo, min.61) y Roger Martí.


Goles: 1-0, min. 13, David Timor. 2-0, min.85, Ortuño.


Árbitro: De Burgos Bengoetxea (comité vasco) Mostró tarjeta amarilla a los locales Bordas, Matamala y Chus Herrero y a los visitantes Henriquez, Roger Martí, Arzo y Laguardia. Expulsó con roja directa al técnico Victor Muñoz.


Incidencias: 6.500 espectadores en Montilivi.