Real Zaragoza

Ipurúa, el campo donde se forja el carácter

El Real Zaragoza es consciente de que jugará un partido duro, intenso y trabado este sábado, frente al Éibar.

Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva
Paglialunga sigue al margen
ARÁNZAZU NAVARRO

Acelera el Real Zaragoza su puesta a punto para el partido que el próximo sábado, desde las 18.00, enfrenta al cuadro aragonés con el Éibar. Paco Herrera está pendiente del Comité de Apelación para conocer si finalmente podrá contar con David Cortés, expulsado en la jugada del penalti que brindó el empate al Alavés el pasado sábado en La Romareda.

 

Habrá que ver cómo discurre la semana, pero es poco probable que el técnico catalán pueda disponer de Montañés y Paglialunga. El tiempo de recuperación hacía previsible que ninguno de los dos llegara a tiempo para la cita de Éibar. Tampoco es, además, el mejor escenario para arriesgarse y forzar la recuperación.


Porque, entre otras cosas, Ipurúa, el estadio del conjunto armero, es territorio complicadísimo, donde se forja el carácter, escenario desde donde se pueden empezar a construir los grandes retos. Ganar en el feudo del conjunto azulgrana, además de los puntos, constituye un revulsivo moral.


La última vez que el Real Zaragoza jugó allí en Campeonato de Liga fue el 25 de abril de 2009, en Segunda División, con Marcelino García Toral en el banquillo. El conjunto aragonés logró un sufridísimo triunfo (2-3) en un partido muy complicado, trabado, duro… El encuentro clásico de Ipurúa, el que el conjunto aragonés deberá jugar este sábado.


El Real Zaragoza se puso por delante (0-2); sin embargo, la escuadra vasca niveló el duelo. Y un gol de Arizmendi –marcó dos en ese partido- permitió la victoria del cuadro aragonés. Aguantó el Real Zaragoza el último cuarto de hora, entre las embestidas de la escuadra azulgrana. Aquella victoria metió al conjunto aragonés en la tercera posición, con galones de equipo de ascenso.


Todo el mundo es consciente de tocará volver a sufrir en Ipurúa. Para la cita, desde luego, habría sido mejor que el Real Zaragoza hubiera sabido aguantar en Riazor y el sábado pasado, frente al Alavés. Es un sendero que se aprende. Por el contrario, los dos partidos han dejado una estela de duda, de inquietud, de miedo a ganar. Que ha de superar en Éibar.


Paco Herrera se enfrenta de nuevo a la decisión de qué piezas toca en el equipo.Si Apelación insiste en el castigo a David Cortés, el recambio natural en lateral derecho es José Manuel Fernández.


Por delante de la defensa, debe plantearse quién acompañará a Acevedo. José Mari fue la opción elegida el sábado, ante el Alavés; Movilla es la alternativa, aunque el previsible desgaste físico que exige este encuentro lleva a pensar que Paco Herrera resuelva reservar al madrileño.


Roger fue hace una semana el recambio de Montañés. Ofreció trabajo y completó una buena actuación. El partido de este sábado es distinto y tal vez prefiera el técnico adelantar a Abraham y dejar el lateral a Rico. El burgalés, sin embargo, lleva ya varios encuentros sin entrar en la convocatoria y habrá que ver cuál es la decisión final del entrenador catalán.


No parece que en el resto de los puestos vaya a haber cambios, aunque la misma esencia del partido lo convierte en una cita especial. Ganar allí refuerza el ánimo pero, sobre todo, forja el carácter.