Zaragoza y Coruña son, sin lugar a dudas, dos de las plazas que más motivan a los futbolistas de la Segunda División del fútbol español. El Real Zaragoza, noveno equipo equipo en la clasificación histórica, y el Deportivo, uno de los clubes que mejor fútbol ha desplegado a lo largo de las dos últimas décadas, son, aunque sea solo por nombre, dos gallitos en la categoría.

Quizá por eso el choque de este domingo (12.00) en Riazor sea especial. En él no participará el primer clasificado. Tampoco el segundo ni el tercero. Gallegos y aragoneses caminan quintos y séptimos respectivamente en la tabla clasificatoria, y su arranque de temporada ha estado plagado de dudas, que se han multiplicado, en los dos casos, a la hora de desenvolverse delante de su afición, frente a su gente.

El conjunto coruñés apenas ha ganado un partido de los cuatro disputados en casa. Solo uno menos que el Real Zaragoza, que sin embargo ha obtenido los tres puntos en dos ocasiones lejos de La Romareda. En estos guarismos deben apoyarse los de Herrera. También en el partido de Mallorca, el tercer exprimera en discordia, donde gracias a un verdadero tratado sobre el contrataque logró arrasar a los insulares.

Esa es la idea que debe transmitir el preparador catalán a los suyos. Hacerse fuertes atrás, olvidando las carencias defensivas mostradas en las últimas jornadas, y dejar en manos de Montañés y Henríquez, bien servidos por un Víctor y un Barkero al alza, el mandoble letal que atraviese la flaqueza de los blanquiazules.

No estará Paglialunga ni Acevedo, que en las últimas jornadas se han consolidado en la medular. El primero ha ido de más a menos desde el inicio de temporada. El segundo, todo lo contrario. Serán dos bajas importantes que Herrera tratará de suplir con Movilla, Cidoncha y José Mari. Dos de esta terna partirán de inicio, mientras el jovencísimo Tarsi pidie la vez desde abajo.

En el eje defensivo también aparecen ciertas dudas. Álvaro volverá a la titularidad después de un partido de sanción, pero su acompañante todavía es una incógnita. Paredes y Laguardia, cuya picardía resultó vital en la victoria ante la Ponferradina de la semana pasada, se disputan el central zurdo.