Real Zaragoza

El Real Zaragoza ultima el relevo del presidente

La entidad tiene fijada para el entorno del 17 de diciembre, la Junta General en la que se llevará a cabo la sustitución de Fernando Molinos. El exzaragocista Isidro Villanova vuelve a sonar como alternativa.

A. Alcorta
Agapito retrasa la elección del presidente
AGAPITO Y MOLINOS, EN UNA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS

La situación de interinidad presidencial en la que se encuentra el Real Zaragoza finalizará con toda probabilidad el próximo día 17 de diciembre, la fecha que se maneja para la celebración de la próxima Junta General de Accionistas, a la que Fernando Molinos acudirá en calidad de presidente y miembro del Consejo de Administración y saldrá, en principio, sin ninguno de los dos cargos.


Fernando Molinos habría de firmar las cuentas, en cuya elaboración, de hecho, no ha participado, ya que es Jesús García Pitarch, de la mano de Agapito Iglesias, el dueño de la entidad, quien desarrolla la actividad ejecutiva a lo largo de la presente campaña.


El Real Zaragoza vive una situación institucional extrañísima desde la llegada del nuevo director general de la entidad, Jesús García Pitarch. Agapito Iglesias es el máximo accionista y propietario de la sociedad. A su lado figura García Pitarch, quien asegura que es quien toma las decisiones y guía al club en el día a día. Ha sido quien ha cumplido con la labor de impulsar el proyecto y dar forma al nuevo Real Zaragoza.


Por encima de él en el organigrama se encuentra Fernando Molinos. Sin embargo, su figura no ha sido ni siquiera representativa. El todavía presidente quiere cumplir los plazos para abandonar el cargo en la nueva Junta General y que sea ésta la que nombre su sucesor.


Pero de hecho, Fernando Molinos no desarrolla actividad alguna desde hace meses; ni siquiera representativa. Tan sólo acudió el Mini Estadi, en Barcelona, en el partido que el cuadro blanquillo disputaba allí ante el filial azulgrana.


El todavía presidente quiere agotar su mandato hasta la convocatoria de la Junta General de Accionistas, pero entiende que no debe desempeñar actividad ejecutiva alguna: hizo una entrega de papeles y despacho a Jesús García-Pitarch y es él quien lleva las riendas, quien se ocupa de la estrategia y la gestión del Real Zaragoza.


Lo que resulta prácticamente seguro es que Fernando Molinos no seguirá al frente de la entidad. Cuestión más compleja es saber quién ocupará el cargo de presidente a partir del próximo día 17 de diciembre.


En la ‘pole’ de la parrilla de salida se encuentra el exzaragocista Isidro Villanova. Muchas son las virtudes que atesora el exjugador blanquillo. Y la más importante, su identificación con el Real Zaragoza. Porque el gran problema con el que se encuentra precisamente García-Pitarch es la pérdida de referencias, la ausencia de una identificación de este Real Zaragoza de Agapito Iglesias con el Real Zaragoza de verdad.


Villanova, con quien el actual director coincidió ya de futbolista en el Logroñés, participa de forma activa con el club y asesora al nuevo grupo de dirigentes. Su nombre se ha barajado como sólida alternativa para ocupar la Presidencia.


Pero la salida de Fernando Molinos es sólo una parte de que debe resolver Agapito Iglesias en su Consejo de Administración. Allí llegaron José Guerra y, sobre todo, Paco Checa y Luis Carlos Cuartero para hacer un servicio a la entidad. Pero, ¿cuál es su sentido ahora, tras el desembarco de García-Pitarch?


También se barajó el nombre de Cuartero como sustituto de Molinos. Sin embargo, no parece cuadrar con la pérdida de peso específico del consejero desde la llegada del director general. Es probable que sigan en el Consejo, aunque con notable pérdida de peso específico.


Y, al mismo tiempo, habría que estudiar si el propio responsable ejecutivo entrará en el organigrama del Consejo.

Todo ello queda mediatizado por una cuestión esencial: la falta de dinero. La entidad, que ha tenido que hacer un fuerte recorte salarial en la plantilla, no dispone de efectivo para garantizar la llegada de nuevos directivos.


Desde los tiempos de su desembarco en el Real Zaragoza, con un Consejo de Administración de notables sin labor específica alguna, Agapito Iglesias está acostumbrado a vivir al margen de sus consejeros. De todas formas, la Junta General del próximo diciembre debe aclarar por quién apuesta el empresario soriano en la cúspide del organigrama institucional y quiénes serán sus colaboradores. El cóctel, de momento, solo en la cabeza del máximo accionista.