Alavés - Real Zaragoza

Una Copa para olvidar

El equipo de Paco Herrera intenta dejar a un lado su pésimo inicio en Segunda con el estreno en la Copa del Rey, una competición en la que el técnico dará una oportunidad a los jugadores menos habituales.

Barkero, durante el Real Zaragoza-Lugo
Una Copa de esperanza
J. M. MARCO

En Mendizorroza no se reparten puntos, pero el Real Zaragoza puede dejar atrás la lamentable imagen mostrada en la derrota contra el Lugo en La Romareda. Sigue mandando un objetivo que ha despegado sin fuerza, el del ascenso a Primera, pero el conjunto de Paco Herrera necesita un cambio de rumbo urgente.


La primera oportunidad de hacerlo pasa por el debut en la Copa del Rey frente al Alavés (19.30, Canal + Liga), un partido en el que el técnico zaragocista intentará encontrar por fin su 'Santo Grial', como él mismo definió al estilo de juego propio y la eficacia que busca -de momento, sin éxito- para su equipo. El encuentro será también una oportunidad para los menos habituales, ya que varios jugadores titulares no están en la convocatoria: Leo Franco deja su puesto a Alcolea, mientras que tampoco jugarán Paglialunga, José Mari o Montañés, que se quedan en la capital aragonesa.


La Copa del Rey, una competición querida y muy valorada por el zaragocismo, llega en esta ocasión sin demasiada ilusión. El Real Zaragoza se estrena en una segunda ronda que comparte con el resto de equipos de Segunda y aquellos de Segunda B y Tercera que pasaron el primer corte, como la SD Huesca o el Sariñena. La eliminatoria, a partido único, decidirá el pase a tercera ronda, y no será hasta la siguiente -dieciseisavos de final- cuando se incorporen los clubes de Primera. Un camino largo que comienza este martes en Mendizorroza contra un Alavés que celebra su regreso a la división del plata tras cuatro temporadas en Segunda B.


Pocas fiestas se contemplan en la capital aragonesa, donde la Copa del Rey aparece en medio de la enésima crisis deportiva como un nuevo examen tras los primeros suspensos. Al contrario que los estudiantes que este martes comienzan la Selectividad, los jugadores del Real Zaragoza no buscan nota, sino perdón. También confianza, ajena y propia. La candidatura del club aragonés al ascenso ya ha sembrado dudas de importante calibre y el equipo de Herrera necesita dar un golpe de autoridad que devuelva la esperanza tanto al vestuario como a la afición.


En las primeras jornadas, el Real Zaragoza no ha encontrado apenas fútbol, goles ni, lo que es peor, puntos. Sí han aparecido las inseguridades y la certidumbre de que el problema del equipo no es solo de chapa y pintura. La última prueba de Herrera, que intentó frenar la deriva del equipo con Lucas Porcar en el centro del campo, tampoco dio el resultado esperado y el partido contra el Lugo empeoró una imagen que ya llegaba manchada.


Un cambio de rumbo obligado


Para cambiar el estado de ánimo de un vestuario que ya ocupa puestos de descenso, con solo dos puntos de 12 posibles y un gol a favor en cuatro partidos, el catalán introducirá varias novedades en su once inicial. Una oportunidad para los jugadores que han contado con menos minutos e incluso a alguno de los canteranos que está entrenando con la primera plantilla. El portero Whalley viaja con el equipo a Vitoria, igual que Tarsi, Anton y Rico.


No estarán los lesionados José Fernández ni Luis García, además del delantero chileno Ángelo Enríquez, que juega esta noche (20.00, Telecinco) con su selección contra España. También podría debutar el último fichaje del Real Zaragoza, el argentino Walter Acevedo, quien entró en la última convocatoria sin apenas haber entrenado con el equipo. La convocatoria la completan, además de los ya mencionados, Paredes, Álvaro, Laguardia, Cortés, Movilla, Barkero, Roger, Jorge Ortí, Acevedo, Víctor, Porcar, Abraham y Cidoncha.


Antecedentes más dulces


Aunque la última vez que aragoneses y vascos se vieron las caras fue en el anterior paso del Zaragoza por Segunda, en la temporada 2008/09, la Copa del Rey no había cruzado a ambos clubes desde hace justo una década, en la 2003/04. A pesar de que el Alavés estaba en la división de plata, en poco se parecen éste y aquel duelo. En lugar del pase a tercera ronda, se jugaron una plaza para la final de esta competición, que finalmente consiguió el Real Zaragoza (1-1 en Mendizorroza y 0-0 en La Romareda), para acabar conquistando el título en esa noche histórica en la que un gol de Luciano Galleti acabó tumbando al Real Madrid de los galácticos.


El conjunto vitoriano, otro equipo relegado a un segundo plano futbolístico tras protagonizar algunos momentos imborrables en la memoria de cualquier aficionado a este deporte, afronta el encuentro con menos presión que los aragoneses. Con tres puntos -una derrota y tres empates-, el equipo dirigido por el vasco Natxo González se encuentra por encima del Real Zaragoza en la Liga, y tan solo un gol del Sabadell en el último minuto le privó de conseguir su primera victoria el pasado fin de semana.


El objetivo en Segunda del recién ascendido Alavés es bien diferente al del equipo de Paco Herrera, aunque la filosofía con la que afronta la Copa es similar. “Trataremos de repartir minutos entre los jugadores que menos están jugando. La competición más importante es la Liga, pero debemos tomar con seriedad todos los partidos”, aseguraba Natxo González en la previa.