Real Zaragoza

El Zaragoza, en busca de su esencia

Jiménez logró, en diciembre, plasmar sobre el campo lo que su teoría dibujaba en la pizarra. Ahora toca recuperar ese nivel de la mano de los nuevos fichajes.

El Zaragoza hizo un pobre partido en Pucela
Loovens y Apoño sufren lesiones musculares
EFE

Diciembre fue un mes clave para el Real Zaragoza. Además del paso adelante que los de Jiménez dieron en la competición copera -en la que este miércoles buscará el pase a semifinales-, el Zaragoza logró, con un fútbol práctico y efectivo, dos victorias y un empate a domicilio, así como una derrota en La Romareda ante el Levante cuya justicia puede ponerse en entredicho.


La idea de equipo compacto, combativo y con unos automatismos claros se ha desdibujado con la entrada del nuevo año. La clasificación para cuartos de final de la Copa del Rey es la única alegría que se han llevado los seguidores zaragocistas, que han visto cómo su conjunto caía derrotado en los tres primeros partidos de 2013.


El choque del José Zorrilla no mejoró el gesto de la afición. A la mala imagen (el Zaragoza apenas se aproximó a la meta vallisoletana y dio demasiadas facilidades en defensa) se suman las bajas de dos piezas hasta ahora fundamentales en el once zaragocista: Apoño, que lo ha jugado prácticamente todo, y Loovens, titular junto a Álvaro en el centro de la zaga. Podrían estar ambos casi tres semanas en el dique seco.


La pérdida del carácter competitivo y la escasa profundidad de banquillo evidencian la necesidad de nuevos efectivos, de variantes para la plantilla que gestiona Manolo Jiménez. La llegada del cordobés Fernández (de menos a más en su estreno con la blanquilla) ha supuesto un alivio en una defensa que acusó sobremanera la sanción de Álvaro.


En el centro del campo las variantes no son mucho mayores. Apoño y Movilla son indiscutibles, si bien en las últimas jornadas no han logrado mover al equipo, una carencia que se magnifica al jugar como local. José Mari ha ido perdiendo peso específico en el equipo con el paso de las jornadas tras una buena aparición en la categoría de oro del fútbol español. Romaric, muy lejos de la plenitud física, y Zuculini, reconvertido a jugador de banda, han dejado de contar como alternativas en el puesto de pivote, muy necesitado de variantes.


La línea de mediapuntas muestra ciertos claroscuros. Montañés, debutante en Primera, está siendo el mejor desde el flanco izquierdo. Víctor ha perdido la frescura de las primeras jornadas, coincidiendo con su reubicación detrás de Postiga y 'Zucu' se ha hecho con un puesto en la derecha. A partir de ahí, poco.


Álamo ha ganado protagonismo en los últimos partidos mientras la afición se divide entre sus virtudes y defectos, Wílchez sigue sin demostrar el porqué de su adquisición y las inoportunas lesiones están impidiendo a Babovic arrojar luz sobre su condición de pelotero. Para colmo de males, Edu Oriol se encuentra a años luz del estado de gracia que le aupó a la titularidad en el tramo final de la temporada pasada.


Y arriba, en una isla, Postiga. Por números, esta es la mejor temporada del portugués. Unos guarismos que podrían mejorarse si el ariete contase con un compañero en ataque, capaz de asociarse con el centro del campo y de colaborar en la lucha con los defensas rivales. E incluso para darle descanso cuando el marcador así lo permita.


Manolo Jiménez busca recuperar la esencia de su Zaragoza, y para ello precisa de (al menos) dos refuerzos invernales: un delantero y un mediocampista. Deben llegar cuanto antes.