Se acabaron las vacaciones para el Real Zaragoza. Después del parón navideño, el conjunto aragonés regresa al trabajo para comenzar a preparar su próximo compromiso liguero, la visita del Real Betis a La Romareda. Los andaluces, que pasan por ser junto a los zaragocistas el único equipo que ha conseguido ganar cinco partidos fuera de casa, se presentan como una gran amenaza a domicilio. Motivo por el cuál el cuadro dirigido por Manolo Jiménez no ha podido alargar más su periodo de descanso.

No por falta de predisposición, eso sí. Según reconoció públicamente el técnico blanquillo, al principio el regreso estaba previsto para el día 28. Plan inicial que no se llevó a cabo pues el del Arahal había prometido a sus jugadores medio día de fiesta extra por cada partido que ganaran en la semana previa a la pausa. Siete días en los que los zaragozanos consiguieron imponerse en Vallecas y Valencia, retrasando su vuelta a esta tarde (17.00). Además, como premio por ganar en San Mamés, la plantilla podrá eliminar a su elección un entrenamiento, opción que se activará, eso sí, más adelante, pues el conjunto precisa entrar en dinámica de trabajo después de los días libres.

A diferencia de años pretéritos, estas han sido unas vacaciones muy tranquilas para el plantel zaragocista. Fruto de los buenos resultados cosechados durante el primer tramo de la competición, que mantienen a los aragoneses a unos plácidos siete puntos de las posiciones de descenso. Renta que esperan mantener a pesar del duro calendario que resta por celebrarse, al menos hasta que termine la primera vuelta.

En total, al Real Zaragoza le resta por medirse ante Betis y Atlético. Sin duda, dos de los conjuntos más fuertes de Primera División. Con 16 puntos logrados fuera del Benito Villamarín, los andaluces son el segundo mejor visitante de la Liga, solo superados por el Barcelona líder. Nivel de dificultad que aumentan los rojiblancos como locales, siendo el Vicente Calderón un territorio todavía por conquistar para los foráneos. Nueve victorias atléticas en nueve encuentros es el dato. Máxima exigencia que requiere desde ya abstraerse del periodo festivo en el que vive la ciudad para dar paso a la concentración exigida por la competición.