Real Zaragoza

Apoño nunca falla

El malagueño marcó en Bilbao su cuarto gol de penalti en la presente temporada. En total, acumula siete penas máximas convertidas de manera consecutiva con el R. Zaragoza.

El día 22 de diciembre es popularmente conocido como el de la Lotería. Un sorteo incierto que, por la mañana, consigue paralizar a todo el país por medio de la ilusión. Finalmente, el azar es el encargado de elegir a unos pocos escogidos que brindarán con cava en las portadas de los periódicos al día siguiente, mientras que el resto vuelve a la rutina poco rutinaria de las fechas navideñas.


En el argot futbolístico, al penalti muchas veces se le suele tildar de lotería. Especialmente cuando se utiliza para dirimir una eliminatoria en la que la igualdad ha sido la máxima protagonista durante el tiempo de juego. Sin embargo, la pena máxima poco tiene de suerte. Sobre todo cuando, según qué especialistas, son los encargados de mimar el cuero desde los once metros. Sin duda, uno de esos grandes expertos es Apoño, que el pasado sábado convirtió su cuarta pena máxima de la temporada.


Infalible, el malagueño ha anotado todos los lanzamientos desde el punto de penalti que ha realizado con la camiseta del Real Zaragoza. En total, siete conversiones sin fallo. Una racha que apunta al récord que actualmente posee David Villa, que hizo ocho dianas consecutivas durante su estancia en el club aragonés. Números de mito que el centrocampista andaluz espera poder superar cuando se reanude la temporada.


Repleto de confianza


Nada más caer Víctor en el área del Athletic, Apoño alzó los brazos al cielo sabedor que llegaba su oportunidad. Evidentemente, no necesita pedirlo, pues es de todos sabidos que él es el encargado de dicha tarea en el equipo. Pero por si acaso. El de la Palmilla, como es habitual, agarró el balón, lo acomodó sobre el montículo y, en esta ocasión, lo mandó hacia la izquierda de Iraizoz. El lado que, habitualmente, no suele explotar. Lo que viene después es por todos sabido, beso a su muñeca y delirio zaragocista, que iniciaban su conquista de San Mamés.


Claro que esta faceta de abrelatas no es nueva este curso. Ante el Dépor, el malacitano también fue el encargado de abrir la cuenta para los blanquillos. Entonces, con un tiro tan ajustado que Aranzubia, portero especialista en la materia, logró tocarlo, aunque no desviarlo de su inevitable destino. La primera piedra de una remontada épica. Una historia similar a la que se vivió en Cornellá durante la segunda jornada, cuando consiguió engañar a Casilla para dar comienzo a la que fue la primera victoria aragonesa de la temporada. Además, Apoño cierra su cuenta del presente curso con el penalti que supuso el 3-1 a Osasuna, marcado por el centro de la portería.