Real Zaragoza

El león marca su identidad

A pesar de actuar con la prudencia que exige años de malas experiencias, el Real Zaragoza parece que, por fin, cuenta con una dirección fija hacia la que trazar su propio camino.

Con doce jornadas disputadas, el quién es quién en el Real Zaragoza parece totalmente despejado. O, al menos, se encuentra en una fase muy próxima a ello. En un grupo remozado de manera casi completa, con 11 caras nuevas respecto al equipo que logró de manera milagrosa la permanencia en Getafe, surgían varias incógnitas a principio de temporada. Qué jugadores llegaban para ser importantes, qué estilo de juego se pensaba plantear, cómo funcionarían las incorporaciones... Cuestiones que, poco a poco, el fútbol ha ido resolviendo.


Actualmente, tras cinco victorias conseguidas, existe una más que evidente sensación de tranquilidad sobrevolando sobre el club aragonés. Especialmente si se compara con la anormalidad constante en la que ha vivido la entidad los últimos años. Por primera vez, el equipo zaragocista parece saber lo qué quiere. Posee una determinación clara y no teme, incluso, el intentar imponerla en escenarios de la magnitud del Santiago Bernabéu o el Camp Nou


Así lo aseguraba una de las voces más autorizadas del vestuario blanquillo, José María Movilla. Referente absoluto de la grada y, gracias a sus buenas actuaciones, titular indiscutible en la medular. “Es importante tapar los fantasmas del pasado. Si te metes en una dinámica mala ya estamos haciendo cábalas de si perdemos éste, ganamos el otro... Vamos a estar siempre como todos los años. Vamos a quitarnos un poco el ser pupas de estos cinco años”, reflexionó este miércoles. Palabras que solo pueden ser expresadas desde la calma colectiva.


Claro que, por vivencias demasiado recientes, en el Real Zaragoza prefieren andarse con pies de plomo. Tatuando a fuego en su piel la filosofía del partido a partido. Sin ir más lejos, el propio Movilla establecía el segundo mes del año como una fecha responsable en la que definir las aspiraciones del equipo. “Espero que para el mes de febrero estemos bien posicionados y podamos mirar la tabla hacia arriba y no hacia abajo”, aseguró el 'Pelado'. Unas declaraciones prudentes, pero que no dejan de suponer una gran novedad para un conjunto que los últimos años no ha tenido más opción que mirar hacia arriba, sí, pero para calcular la distancia a remontar.


Once tipo

La mayor muestra de normalidad, sin duda, es el reparto de roles definidos que actualmente existe en la escuadra aragonesa. Una situación que comprende la existencia de un once definido, al que únicamente le quedaría una posición vacante.


De momento, la grada conoce a la perfección cuál es su equipo de gala. Una alineación que ya recita de memoria, con algunas variantes según el escenario o la situación de partido. Por ejemplo, Jiménez posee la opción de jugar con dos puntas -Postiga y Aranda- o, por el contrario, reforzar la banda derecha con un hombre de perfil más físico y defensivo como Zuculini. Esquemas que, no obstante, mantienen una continuidad en la idea de juego a desarrollar.


Armonía de grupo

Claro que lo que hace crecer a un equipo es la pujanza existente en sus entrañas. Una competitividad interna que impida la relajación. Movilla, al ser preguntado sobre si se sentía titular, respondió claramente que no, que era una etiqueta que “se debía ganar cada domingo”. Muestra de que Jiménez está consiguiendo lo más complicado, que la plantilla esté enchufada en pos del objetivo común.


Así lo relataba el centrocampista madrileño, que ejemplificaba con el caso de Romaric. El medio africano fue, sin duda, el fichaje estrella del verano. Una categoría que conlleva apegada una exigencia con la que todavía no ha podido cumplir. Sin embargo, en el conjunto zaragocista todavía se cree en él. “Las críticas que veía a Romaric eran desmedidas. Es un chaval sensacional, que va a ir a más y va a ser importante en nuestra plantilla. A ver si con estos resultados y con la buena dinámica en la que está el equipo se puede ver el jugador tan importante que nosotros estamos viendo tanto en el vestuario como en el campo”, afirmó Movilla. Claro que el del marfileño no es el único caso en la plantilla. Kilómetros por andar para un león que, al menos, ya tiene perfilado el camino y la dirección.