Real Zaragoza

Carencias en ambas áreas

El Real Zaragoza es el segundo equipo que menos remates concede a sus rivales en la Liga, aunque también el que menos goles anota.

El Real Zaragoza encaja un gol ante el Málaga
Real Zaragoza - Málaga_6
REAL ZARAGOZA - MáLAGA

Manolo Jiménez continúa preparando el próximo partido que el Real Zaragoza ha de disputar ante Osasuna. Con la justificación de probar soluciones diferentes a las utilizadas hasta la fecha, el técnico sevillano busca en la confidencialidad de la puerta cerrada la tecla que pueda otorgarle su segundo triunfo de la temporada. Una victoria que, tras la irregular imagen ofrecida, debe trascender más allá de la verdad inapelable del marcador, imponiéndose también en el complicado terreno de las sensaciones. Vencer y convencer, nada más y nada menos.


El fútbol, en ocasiones de discurso complicado, posee su división en dos conceptos tan simples como rotundos. Meter goles y que no te metan goles. Lamentablemente, el Real Zaragoza no ha logrado ni uno ni lo otro durante el arranque de temporada.


Los cinco tantos que los blanquillos han encajado hasta la fecha, por sí, no son una cifra extremadamente preocupante. Sin embargo, el hecho de que no hayan conseguido mantener su portería a cero en ningún choque sí lo es.


Estadísticamente, el conjunto aragonés es, empatado con el Barcelona, el segundo equipo que menos remates permite, con una media de 8,5 intentos del rival por partido. Solo al Real Madrid, que concede 8,25 por noche, le disparan menos. Un control que, sin embargo, no es compensado con puntos en el zurrón.


Las claves, dos. La primera y más fácil de detectar, la debilidad existente en el juego aéreo. Dos de las cinco veces que Roberto ha tenido que recoger el balón dentro de su portería se han producido tras la salida de un córner. El problema existe, es palpable y en el cuadro aragonés se trabaja por atajarlo. La segunda disfunción, sin embargo, se encuentra en lado contrario a la meta zaragocista. El Real Zaragoza no hace goles. Solo dos tantos a favor, conseguidos en el primer partido, convierten a los blanquillos, empatados con Osasuna, su próximo rival, en la escuadra menos peligrosa de Primera División.


Problema ofensivo

En el juego de balanzas que es el fútbol, Manolo Jiménez ha apostado hasta la fecha por llegar al triunfo a través de la seguridad defensiva. Cargando su argumento con el uso de un sistema que, si bien consigue trabar al rival, con sus excepciones, por supuesto, no consigue dotar al equipo de la producción ofensiva necesaria. Así lo refleja el hecho de que, hasta el momento, los aragoneses sean el tercer equipo que menos ha rematado entre los tres palos, con apenas 13 ocasiones de gol en los cuatro partidos jugados.


Casi la mitad de dichas tentativas, seis, corresponden a Hélder Postiga. El portugués, delantero titular del equipo, es probablemente el máximo perjudicado del estilo practicado hasta la fecha por los aragoneses. Sin un acompañante en la punta, el ariete luso se ha visto posicionado como si una falla existiese entre él y el resto del equipo. Acercarlo y cohesionar el conjunto es el reto.