Real Zaragoza

Propósito de enmienda

Los números 27, 29 y 31, que son los puntos que ha tenido que sumar en las tres últimas segundas vueltas de Primera, están marcados a fuego en la afición zaragocista.

Jiménez fue expulsado
Jiménez: "La vistosidad del partido se vio mermada por las expulsiones"
OLIVER DUCH

El tremendo sufrimiento al que se ha visto abocado las tres últimas temporadas el Real Zaragoza para lograr la permanencia en Primera división sigue vivo en el equipo aragonés, aunque para el nuevo curso pretende cerrar esa triste página de su historia más reciente.


Los números 27, 29 y 31, que son los puntos que ha tenido que sumar en las tres últimas segundas vueltas de Primera, están marcados a fuego en la afición zaragocista, que en el ejercicio que está a punto de iniciarse confía en no tener que revivir esas circunstancias.


El equipo lleva tanto tiempo viviendo en el alambre, del que de manera casi inexplicable ha sido capaz de mantener el equilibrio y no caerse a pesar de los zarandeos sufridos, que vivir la presente pretemporada sin sobresaltos se ha convertido en algo inusual. El autor, Manolo Jiménez

El máximo artífice de la racionalidad en la que ha empezado a moverse el club maño ha sido el entrenador Manolo Jiménez.


El 1 de enero de este año llegó con la titánica tarea por delante de salvar a un equipo por el que nadie daba un duro; incluso sus más cercanos le desaconsejaron su decisión, pero con una segunda vuelta de Liga de Campeones logró llevar la nave zaragocista a la permanencia y a partir de ahí convertirse en el punto de referencia y reverencia de la afición maña.


Jiménez ha lamentado en diferentes ocasiones que cada temporada el club se quedase en la primera plantilla a 30 de junio únicamente con solo ocho jugadores de los que obraron el milagro de la permanencia.


Su trabajo, asumiendo el papel de cabeza visible de la entidad, se ha centrado en confeccionar una plantilla de presente, con la que lograr la continuidad sin excesivos agobios, y mirando hacia el futuro, aunque no ha conseguido arrancar la preparación para el nuevo año con el 80% de los jugadores a su disposición.


Hasta ahora el único pero que se le puede poner a su ingente tarea es una decidida apuesta por dar entrada en el primer equipo a hombres procedentes de la cantera.El equipo

El equipo aragonés, de no mediar sorpresas en el cierre del mercado veraniego, el próximo día 31, ha conseguido mantener la mayor parte de la columna vertebral de la pasada temporada con la continuidad del portero Roberto y los delanteros Hélder Postiga y Carlos Aranda, a los que se han sumado las renovaciones de Javier Paredes, el argentino Franco Zuculini y Antonio Galdeano 'Apoño'.


Dada la delicada situación económica del club con un calendario de pagos pactado y controlado judicialmente para resolver con éxito el concurso de acreedores al que se acogió en junio de 2011, la apuesta maña se ha centrado en buscar en el mercado secundario las mejores opciones posibles, incluso para el futuro.


Con esa estrategia, han llegado hombres jóvenes como Álvaro González, Javi Álamo, Fran Montañés o Lucas Porcar, junto al veterano Glenn Loovens y el cedido Lucas Wílchez.


Por encima de todos ellos, la contratación del marfileño Ndri Romaric, que bajo las órdenes de Jiménez ofreció en el Sevilla sus mejores prestaciones, es la gran esperanza para que, con Apoño a su lado en el centro del campo, el equipo dé el salto de calidad que necesita para asegurarse la permanencia lo antes posible y posteriormente ver si puede aspirar a algo más.


Jiménez tiene claro que la suerte prácticamente no existe y se atrapa a base de trabajo y por eso ya afirmó hace algún tiempo que "cada uno recoge lo que siembra, y el Real Zaragoza lleva mucho tiempo sembrando en el filo de la navaja". Eso es precisamente lo quiere cambiar.