No hay duda de que Manolo Jiménez es el hombre de moda en Zaragoza. En solo cinco meses, el entrenador sevillano ha conseguido calar muy hondo entre los zaragozanos, ya sean aficionados al fútbol o no. Su personalidad, carácter y trabajo le han llevado a mantener al Real Zaragoza en Primera División, realizando para ello la mayor remontada jamás registrada en Primera División. Un mérito que ha llevado al Partido Popular a proponerle como próximo pregonero de las Fiestas del Pilar.

Halagado, el técnico andaluz se toma la nominación con cierto sentido del humor. “Bastante hice el ridículo bailando la jota”, bromeó al ser preguntado por el asunto. Una manera de quitarle hierro a un reconocimiento tan importante como el que supone desempeñar la función de pregonero. “Agradezco las muestras de cariño, pero creo que se está valorando muchísimo lo que yo he hecho, que era mi obligación. A mí me contrataron para salvar al Real Zaragoza y yo lo que he intentado desde el primer día es salvar al Real Zaragoza”, explicó.

No se trata de una cuestión de falsa modestia. A lo largo de su estancia en el banquillo aragonés, Jiménez siempre ha hecho gala de no dejarse llevar por la euforia, tratando de tomar las decisiones más apropiadas en cada situación que ha tenido que gestionar. “Ha salido todo bien gracias a los jugadores y a mi cuerpo técnico. Premiándome a mí con tanto me siento un poco cortado”, dijo con su habitual simpatía.

No obstante, el preparador hispalense dejó una puerta abierta si finalmente se concretase la propuesta. “Haré todo lo que quiera Zaragoza y el Real Zaragoza, me siento totalmente identificado con la ciudad y el equipo. Si hay que dar el pregón se dará, pero creo que hay muchas personas más importantes y cualificadas para ello”, afirmó para terminar.