Cordero tiene que fichar 40 goles como mandato prioritario

Tras tres años sin promediar siquiera un tanto por partido, las credenciales del Real Zaragoza son hoy escasas. La serie del trienio es 37, 39 y 40 goles en ligas de 42 partidos.

Foto del partido Real Zaragoza-Tenerife en La Romareda, despedida de Alberto Zapater
Foto del partido Real Zaragoza-Tenerife en La Romareda, despedida de Alberto Zapater
Toni Galán

Fichar un portero o dos. Un par de laterales. Otro central. Dos centrocampistas de diferentes perfiles. Dos o tres interiores... Rescindir a tres o cuatro futbolistas que tienen contrato y no cuentan. Buscar salidas subrogadas a jugadores que están cedidos y, laboralmente, vuelven. Todo esto forma parte del combo de tareas de gran calado que está acometiendo Juan Carlos Cordero. Un paquete de mandatos de índole futbolística que se completa con uno que está por encima de todos ellos, por su factor de crucial y trascendente de cara al futuro inmediato: fichar gol.

Esta obligación está por encima del epígrafe "fichar dos o tres delanteros", que es el que falta en el relato inicial para redondear la restauración integral de una plantilla que requiere de muchos cambios para ganar competitividad y solvencia en la clasificación a partir de agosto, en el inicio de la liga 22-23. Porque el gol ha de aparecer en más jugadores que los especialistas en la delantera.

Todo parte de una premisa objetiva: hoy, a esta hora, el Real Zaragoza tiene unas credenciales de gol escasas, insuficientes para caminar por la Segunda División con holgura. No solo por lo que dice su currículum general de las últimas tres temporadas, que también. Sino, sobre todo, por lo que se extrae del análisis de la aportación de cada uno de los jugadores que quedan del curso pasado.

Hoy, Fran Escribá cuenta con los cinco goles de Bermejo; los tres de Azón y Jair; y las unidades de Grau, Francho, Puche, Lluís López y Gámez. O sea, 16 goles de los 40 del curso pasado. Porque se han ido 21: los nueve de Simeone, los cuatro de Vada y Bebé, los tres de Mollejo y el único de Zapater (los que faltan para cuadrar el global fueron firmados en propia puerta por los rivales). Cifras menores entre cifras menores. Lo que hace más serio el inconveniente.

Un problema de tres años

Los 40 goles marcados por el Real Zaragoza en las 42 jornadas del curso pasado han supuesto el tercer año consecutivo sin llegar al promedio de un tanto por partido. En la liga anterior, la 21-22, el equipo de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ acabó con 39, uno menos. Y en la precedente, la 20-21, el cuadro zaragocista se quedó en 37 dianas, bajo la batuta de Baraja, Iván Martínez y el propio Jim.

Este es un problema grave per se, que se ha hecho exageradamente pernicioso por su reiteración durante un trienio. Si carece de ese don, está limitado sobremanera en sus aspiraciones. Y el Zaragoza ha pagado los constantes errores en la elección de fichajes que sostengan esa misión con un coqueteo permanente con el descenso de categoría. Cordero tiene ante sí, por lo tanto, este reto mayúsculo: fichar al menos 40 goles en los pasaportes vitales de los nuevos refuerzos.

El balance de goles de estos tres años pasados es concluyente y no requiere de explicaciones accesorias. El Real Zaragoza ha marcado 107 en 126 partidos. Una media de 0,8. Es, ciertamente, un éxito haber sobrevivido sin despeñarse con esta producción del elemento crucial del fútbol, el gol: 34,3 de media entre los tres años.

Azón, con 13 en las tres temporadas (4, 3 de promedio), es el más atinado. Con 11 aparecen Vada y Narváez, en dos campañas, aunque este último jugó un apéndice de tres partidos el año pasado antes de irse al Valladolid.

El resto ya está por debajo de la decena. Con nueve aparecen Simeone (el que mejor media aporta, pues anotó todos en un mismo curso, el recién concluido) y Bermejo, que los ha hecho en tres.

Y, a partir de estos, el salto de rentabilidad es aparatoso, pues ya llegan los que marcado apenas cinco dianas: Álvaro Giménez (en un solo año) y Jair, en tres torneos. Con cuatro hay otro par de esporádicos goleadores, Bebé (que ha estado solo cuatro meses en Zaragoza) y Francho, anotador por goteo. Un póquer de jugadores ha rubricado tres tantos en este duro desierto anotador que abarca desde 2020 hasta hoy: Mollejo, Sáinz, Adrián González y Grau. Con dos goles se quedaron Nano, Igbekeme, Zanimacchia, Tejero y Puche.

Y, anecdóticamente, tienen su puesto en el listado con un solo gol Alegría, Peybernes, Sanabria, Lluís López, Gámez, Eguaras, Petrovic, Eugeni, Javi Ros, Chavarría, Zapater, Francés, Vigaray y el portero Cristian Álvarez.

Este es el jugo goleador, insuficiente, insostenible, que ha surgido de los fichajes de Lalo Arantegui y Miguel Torrecilla al frente de la dirección deportiva (con la única aportación de Bebé en el haber del nuevo responsable deportivo de laSAD, el actual Juan Carlos Cordero). Sirvan estas referencias para ver lo que realmente hace falta: el equipo zaragocista de la liga 14-15 que jugó la promoción con Popovic anotó 61 goles. El que disputó otro ‘play-off’ con Natxo González en la 17-18 marcó 57 goles. Y el tercero que optó a Primera, con Víctor Fernández, facturó 59 goles en la 19-20. Esto es lo que debe hallar Cordero en el mercado. Y con poco margen de error.

Más jugadores tipo Bastón, Iglesias, Luis Suárez, Willian José, Eldin Hadzic, Jaime, Pedro, Roger, Ángel, Ortuño, Lanzarote o Álvaro Vázquez. Y ni uno más como Gueye, Toro Fernández, Vuckic, Medina, Yanis, Pereira, Alfaro, Larrazabal, Merino, Nano...

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