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El Real Zaragoza crece y vuela más alto frente a los grandes

La victoria sobre el Granada (1-0) y los empates en casa del Levante (1-1) y Eibar (1-1), tres de los rivales de cabeza, son las claves en la reacción zaragocista en la clasificación. El salto a la zona media deriva de su racha de nueve partidos seguidos sin perder.

Bebé intenta un avance durante la primera parte del partido de anteanoche en Eibar.
Bebé intenta un avance durante la primera parte del partido de anteanoche en Eibar.
Eduardo Ágreda/LOF

Suceda lo que suceda el próximo domingo en La Romareda frente aLas Palmas, el Real Zaragoza va a salir airoso y reforzado del tramo más complicado que le ha presentado la liga 22-23 y que concurría en este mes de abril. Es el llamado ‘Tourmalet’, por su empinado porcentaje de dificultad, lo enfrentaba de manera concatenada con el Levante, Granada, Eibar y Las Palmas, cuatro de los cinco primeros clasificados (con la visita del Racing de Santander entremedias, un igual entonces y durante todo el año en la parte baja de la tabla) y de entre los que saldrán los ascensos a Primera, con el Alavés completando esa pugna de favoritos.

Tras lo acontecido en la velada del viernes en Ipurúa, el Zaragoza ha hecho de su triunfo ante el Granada (el 2º en la clasificación), de su empate en el campo del Levante (entonces 3º) y de su igualada ante el Eibar (el líder hace casi dos meses) hechos diferenciales para elevar su ras de vuelo en la tabla clasificatoria. Estos cinco puntos obtenidos en esas citas de enorme exigencia han sacado a los de Fran Escribá de la trayectoria rutinaria establecida desde muy pronto en este curso, cuando el equipo (aún con el anterior entrenador, Juan Carlos Carcedo), se atascó entre los puestos 14º y 19º y de ahí no logró escapar hasta ahora.

El Real Zaragoza porta ya 48 puntos en su balance particular. En la zona de nadie, en mitad del vasto pelotón que puebla el ranquin entre los aspirantes a pescar la 6ª plaza (la última que tiene premio de promoción de ascenso) y los que aún sienten vértigos por si alguno de los del montacargas del descenso aún pudiera reaccionar a tiempo de salvarse. Está casi tan lejos de unos como de otros.

Pero es lo mejor que le ha podido pasarles a los blanquillos: alcanzar esta situación de paz mental, de tranquilidad de espíritu, con el tiempo suficiente para eludir histerias y cábalas malévolas en las últimas jornadas de la liga. Y esto se ha hecho realidad gracias a los cinco puntos adquiridos ante Granada, Levante y Eibar, los extraordinarios en las quinielas apriorísticas de todo el mundo.

Sin esos cinco puntos, o sea, con 43, el Real Zaragoza seguiría donde ha estado todo el año. En el puesto 17º, de la mano del Racing y mirando al retrovisor cada día, al Málaga y a la ya casi defenestrada Ponferradina. Estos tres partidos son los que han hecho crecer la solvencia y el rango del Real Zaragoza en su división.

Una terna que se incluye dentro de la racha de nueve partidos consecutivos sin perder que acumulan los de Escribá, casi dos meses sumando sin cesar. Esta dinámica se compone de cinco empates y cuatro victorias, 19 puntos adicionados de los últimos 27 jugados, el 70% de rentabilidad. Hay un evidente predominio de los empates, lo que siempre deja este tipo de reacciones en un estado más aparatoso que efectivo (sucedió algo similar el año pasado, con mayor longitud temporal, cuando el Zaragoza de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ enlazó el récord de 10 partidos seguidos concluidos en empate). Pero, en el estado de necesidad máxima en el que arribó a ella aquel dubitativo Real Zaragoza que había salido mellado el 19 de febrero del 3-0 de Málaga y del inmediatamente anterior 1-4 recibido del Alavés en La Romareda, han convertido este botín en medicina suficiente, sobrada, para salir del atolladero y poder celebrarlo como algo muy valioso.

En esta racha que ha dado la vida a los de Escribá, hay mayoría de resultados que entran en la normalidad del resto de la temporada: los empates con el Burgos (0-0), en Lugo (0-0, muy escaso), en Huesca (1-1) o con el Albacete (1-1); y las victorias sobre el Leganés (3-0) y el Racing (4-1). Lo positivamente anormal ha llegado en las citas con el Granada, el Levante y el Eibar. Por estos cinco puntos (que pudieron ser más) el equipo ha pasado del 18º al 10º puesto. Ahí está la razón del cambio: ser igual o mejor que los grandes del torneo. Tarde, pero útil.

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