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Francho: "La confianza de Escribá me ha ayudado a dar el mejor nivel"

Francho Serrano se ha consolidado como una figura principal en el fútbol del Real Zaragoza gracias a su regularidad, trabajo, equilibrio, dinamismo y energía.

Francho Serrano este martes en la Ciudad Deportiva
Francho Serrano este martes en la Ciudad Deportiva
Ruben Losada/FotografiArte

El fútbol de energía, transición, velocidad, viveza, dinamismo y equilibrio con el que el Real Zaragoza se ha ido construyendo una identidad puede resumirse en Francho Serrano. Ningún otro futbolista mejor que él reúne los principios y rasgos principales del equipo moldeado por Fran Escribá, quien ha entregado al centrocampista zaragozano el mando de las operaciones, como futbolista contextual del modelo, aquel cuyas características marcan el estilo y la propuesta del del Zaragoza. Francho ha respondido a esas responsabilidades con categoría, regularidad y progresión. 

Es una figura indispensable para el entrenador, y ese momento lo disfruta con la serenidad y el poso que siempre han distinguido a un futbolista de admirable normalidad. “Siempre he trabajado para que este momento llegara, no sé decir por qué me ha tocado este momento tan bueno. Quizás sea la confianza de los compañeros, el tiempo o la experiencia, pero si trabajas las cosas salen. ¿Mi techo? Ojalá pueda seguir mejorando y llegar mucho más lejos”, señaló este martes en la Ciudad Deportiva.

Francho ha jugado todos los partidos con Fran Escribá, excepto el duelo contra el Leganés en La Romareda debido a una gripe. Le costó acceder a la titularidad en los primeros partidos con el entrenador valenciano, después de un periodo con Carcedo en el que el riojano no lo consolidó en sus planes como un futbolista preferente y quien incluso lo gestionó para funciones y posiciones que poco tienen que ver con la naturaleza de Francho. Lo vimos jugando casi de segunda punta y de espaldas a la pelota. Escribá siempre ha afirmado que era un jugador desconocido para él, pero no tardó en descubrirlo. 

“Con Fran he tenido la máxima confianza casi desde el principio, eso me ha ayudado a dar el mejor nivel. Estoy muy agradecido por la confianza y las oportunidades”, apuntó. “Al final, la confianza y la experiencia que he ido cogiendo con el tiempo y los partidos me están dando ese plus para dar ese paso adelante en cuanto a confianza y juego. Estoy muy contento de haber dado ese paso adelante y haberme quitado ya esa etiqueta de canterano y ojalá el nivel siga mejorando”, analizó Francho.

Con el paso de la temporada, su relevancia se ha expendido. Incluso el técnico le ha empleado abierto a banda, como extremo. Es inamovible en el centro del campo, zona a la que Escribá concede rasgos propios. En su Zaragoza, no es un sector de creación, sino más bien de paso. 

El técnico no quiere un doble pivote que aglutine juego, que condense altos índices de posesión o que tenga un elevado peso en la construcción ofensiva. Opta, más bien, por un mediocampo con futbolistas de perfiles semejantes, pero sincronizados, en el que uno vigile las pérdidas y el otro se suelte arriba. 

Que sean jugadores completos, con esfuerzo y buenos recursos físicos, centrocampistas mixtos, de largos recorridos y mucho radio de acción, bien capacitados para la transición, y de fútbol sencillo y claro, pero sobre todo vertical y progresivo. Futbolistas que conduzcan la pelota más que la hagan circular. Ese papel de medio con libertades ofensivas lo cumple Francho, quien ha tomado el mando del equipo engranando las fases del juego y las líneas del equipo, como una correa de transmisión que va suministrando energía, ritmo y movimiento al juego. Ese dinamismo con y sin la pelota hace latir y respirar al Zaragoza, especialmente, en el sector derecho, donde el equipo procura concentrar su juego de ataque.

En esa región del campo, Fran Escribá ha tejido el dispositivo táctico que alimenta el juego ofensivo del equipo. Si el Zaragoza gira ahora sobre la pareja Azón-Simeone, realmente esa fuerza centrífuga la genera el triángulo conformado por Francho, Sergio Bermejo y Gámez, la llave de tres puntas con la que el equipo está abriendo las defensas y generando torrente ofensivo. "Evidentemente es algo que se trabaja en los entrenamiento: por banda izquierda suele estar jugando Bebé, un futbolista más exterior. Por eso por banda derecha, Bermejo tiene libertad para meterse por dentro, Gámez tirar mucho más arriba. Nos podemos juntar tres jugadores ahí para llegar por fuera y hacer esa superioridad ahí. Lo trabajamos, el partido lleva a eso y está funcionando”, reconoce un futbolista transformado desde sus orígenes.

No siempre Francho fue este tipo de centrocampista poliédrico y territorial. En sus orígenes, su fútbol se anunciaba más posicional, como un mediocentro puro, de gestión de la pelota y de comportamiento más zonal. Pero, conforme fue ganando partidos profesionales y madurez, su perfil se ha ido ampliando, puliendo y definiendo hasta el futbolista que es hoy. 

Podemos ya hablar de un mediocentro completo de calidad, aseado y astuto con la pelota, pero también muy agresivo e inteligente sin ella, sobre todo, a la hora de detectar los espacios libres y correr a ellos. Porque Francho también es un jugador rápido, y rápido, además, conduciendo la pelota. Por eso es uno de los mejores lanzadores de contragolpes de la categoría. “Yo es que empecé de central, he ido pasando a mediocentro y ahora soy un jugador más interior, para tener más libertad y recorrido. El fútbol profesional me ha llevado a eso. Las condiciones que tenia el Zaragoza en ese momento me llevaron a jugar más arriba y a adaptarme lo antes posible. Estoy contento por tener muchos registros, tener varias posiciones es muy importante para dar lo mejor de sí”, analizó el futbolista zaragozano de 21 años.

Ahora, Francho no desea parar. “Quiero seguir en esta línea, seguir sumando partidos, minutos, sintiéndome importante, en esta línea. Si Dios quiere, seguir con este nivel o incluso mejorarlo”, indica, mientras observa desde una posición prudente la mejora y las aspiraciones del Zaragoza en este tramo final. “Hay que ser realistas: el play-off está lejos. Todo pasa por ir a Eibar, sacar los tres puntos, y de cara a eso podremos pensar cosas. Pero hay que ser realistas, tener los pies en el suelo y sacar los máximos puntos hasta final de temporada”, señaló. 

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