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Previa del Real Zaragoza-Albacete: otro día en la oficina

El Real Zaragoza afronta contra el Albacete la misma rutinaria obligación del último mes y medio: ganar para descontar cuanto antes los días hasta la permanencia. No estará Bebé, sin permiso de Cabo Verde para volver. 

Entrenamiento del Real Zaragoza previo al partido contra el Albacete.
Entrenamiento del Real Zaragoza previo al partido contra el Albacete.
Rubén Losada

Aquí está una semana más el Real Zaragoza, con los mismos rutinarios alicientes del último mes y medio, en su pesado y fatigoso paso hacia una permanencia que no termina de asomar al fondo de la carretera y elevarse en forma de paz y serenidad. Un día más, el equipo aragonés, esta vez con la revelación del curso, el Albacete (La Romareda/16.15), como adversario, se pone el traje de faena para seguir llenando el saco de punto que le siga arrimando hasta lugares inalcanzables para la amenaza del descenso. Desde hace días, no hay más salsa ya en la temporada que esa para una escuadra, y una parroquia, deseosas de coger el calendario y arrancarle todas las hojas cuanto antes. Adiós muy buenas, y hasta el año que viene.

El Zaragoza llega al partido contra el Albacete con seis puntos de ventaja con la Ponferradina, y varios rivales insertados entre medio, lo que amplía los márgenes de las matemáticas y amortigua en cierto modo las tensiones. La victoria contra el Albacete se asume necesaria para incrementar de nuevo el colchón, pero también para girar esa esquina de los 40 puntos que, como advirtió en la previa Fran Escribá, permitiría ya observar la recta final de ese encogido objetivo de la salvación. Ya solo quedarían los últimos esfuerzos.

Las bajas de todo tipo marcan el plan de partido del Zaragoza ante un rival en plena carrera por la promoción de ascenso, sexto clasificado, un recién ascendido con 12 puntos más (51) y 13 goles más marcados (40) que los de Escribá. Al técnico valenciano le van a faltar siete jugadores. Ni los lesionados Mollejo, Luna, Vigaray, y Azón, ni el sancionado Zapater ni los internacionales Quinteros y Bebé están disponibles. El extremo cedido por el Rayo Vallecano, según informó el club ayer, no ha recibido permiso para volver antes de la concentración de su selección Cabo Verde y deberá jugar el martes contra Eswatini, por lo que su baja quedó confirmada. Sí está apto ya para jugar Jaume Grau, para sumar desde la suplencia si así lo entiende el entrenador.

De este modo, el 4-4-2 de Escribá apunta a reunir a Cristian, Gámez, Francés, Jair y Nieto como herramientas defensivas, a Alarcón y Francho en el doble pivote, con Vada y Bermejo de interiores, y Puche y Simeone en punta.

Una victoria pondría al Zaragoza en registros de dinámica solvente, pues suma cuatro jornadas invicto -con solo un gol encajado- y se anotaría su segundo triunfo seguido en casa. Elevarse a los 42 puntos dejaría al Zaragoza sobre el asfalto de la permanencia, posiblemente con un par de triunfos más le fuera suficiente. Pero en Segunda, ya se sabe. Nunca las cosas son como pensamos que van a ser.

El Albacete se planta en La Romareda con la consideración de equipo atrevido, desenfadado y ambicioso. Es el segundo mejor goleador de LaLiga fruto de su impresionante efectividad: no hay conjunto con mejor porcentaje de disparo a puerta que los manchegos en toda la Segunda División.

Rubén Albés tienes importantes bajas en defensa, ya que Julio Alonso, su incisivo lateral izquierdo, debe cumplir un partido de sanción por acumulación de amonestaciones, mientras Boyomo se encuentra concentrado con Camerún. Alcedo y Djetei se perfilan como sus recambios. La buena noticia para el técnico gallego es que recupera a Maikel Mesa -siete goles este curso- tras cumplir su partido de sanción. Sobre un 4-4-2 es un equipo que propone y dispone. Al Zaragoza igual no le viene mal que así sea.

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