El Huesca, el rival que más rojas acarrea al Real Zaragoza

Con la tarjeta roja que vio Alberto Zapater este domingo en El Alcoraz, la SD Huesca es ya el rival en Segunda División que más expulsiones le ha hecho acarrear al Real Zaragoza en sus enfrentamientos:un total de seis.

La roja a Zapater se sumó a las que vieron con anterioridad, desde que ambos equipos aragoneses se cruzaron por primera vez en la categoría de plata en 2008, Arizmendi, el entrenador Marcelino García Toral, Ángel, Delmás y Guitián.

El Real Zaragoza, con la actual que está aún por concluir, ha disputado 12 temporadas en Segunda División en lo que va de siglo XXI, que son 23 años. La primera fue la 2002-03, con Paco Flores al frente del ascenso; la segunda fue la 2008-09, con Marcelino García Toral abanderando otro ascenso inmediato tras bajar el año anterior; y el resto son las que componen la tacada actual de 10 consecutivas desde el descenso de 2013, nunca restituido hasta ahora con el regreso a la élite. En este espacio temporal, desde este domingo pasado, es el Huesca el que más expulsados del Zaragoza ha generado en los partidos de serie B.

Detrás quedan, con cinco rojas zaragocistas, los choques dirimidos frente al Sporting de Gijón, el Real Mallorca, el Osasuna y el Numancia. Cuatro expulsados a sufrido el cuadro aragonés cuando se ha cruzado con el Alavés. Y tres, cuando ha peleado los puntos frente a Las Palmas, Valladolid, Cádiz, Tenerife, Girona, Córdoba y Mirandés.

En un rango menor, con dos rojas zaragocistas en los partidos de liga ante ellos en Segunda, aparecen el Racing de Santander, Oviedo, Albacete, Gimnastic de Tarragona, Eibar y Alcorzón. Y con una sola expulsión, completan esta estadística de adversarios con penalización puntual para el Real Zaragoza el Real Murcia, Rayo Vallecano, Granada, Sabadell, Burgos, Almería, Compostela, Extremadura, Racing de Ferrol, Xerez, Jaén, Lugo, Sevilla Atlético, Reus, Cultural Leonesa, Fuenlabrada, Cartagena y Leganés.

El factor rivalidad, presente

Son 81 tarjetas rojas las que han visto los futbolistas o primeros entrenadores del Real Zaragoza a lo largo de estas casi 12 temporadas en Segunda División en los tiempos más modernos. Una media de casi siete por curso. Cifra que, por ejemplo, en esta campaña 22-23 que está aún viva, ya ha sido rebasada por el Zaragoza del presente, que suma ocho rojas.

Y no es casual que en este historial de tarjetas rojas encabecen el listado de rivales que más damnificados zaragocistas dejan en forma de castigos disciplinarios el Huesca y, en segunda instancia, contrincantes como el Osasuna y el Numancia. Los pamploneses y los sorianos, como también es evidente en el caso de los oscenses, siempre han elevado los partidos contra el Zaragoza a un estatus superior a lo ordinario. El medio ambiente de esos choques ligueros, especialmente en sus campos, siempre ha tenido componentes de alto voltaje que, en ocasiones, ha derivado en una presión extra para los árbitros que estos no han sabido manejar con pulso firme y personalidad. Es la vieja historia del fútbol y sus entornos.

Los partidos con el Huesca, en este sentido, siempre se han llevado la palma en el engorde de las atmósferas de presión desde la burbuja de en frente. Y los zaragocistas no han salido bien parados en varias ocasiones. La expulsión de Arizmendi en 2008 fue en el minuto 44, por lo que el Zaragoza jugó más de medio partido con 10. Lo mismo pasó con la de Ángel en 2015, también acaecida en el minuto 44, singularmente. Hace cuatro campañas, en El Alcoraz, las rojas a Delmás y Guitián dejaron a los blanquillos con nueve hombres el último cuarto de hora, destrozado. Lo de Zapater este domingo en el minuto 35 cambió el rumbo del partido para mal desde el prisma blanquillo. La historia es la que es.