Bebé: bastante más que un extremo

Thiago Bebé se levanta al final de su comparecencia ante la prensa este miércoles.
Thiago Bebé se levanta al final de una comparecencia ante la prensa. 
Oliver Duch

Cuando Juan Carlos Cordero, director deportivo del Real Zaragoza, decidió apostar por el fichaje de Thiago Bebé en el mercado de invierno, no dejó de levantarse una sombra de duda, de sospecha, como ocurre habitualmente en relación al futbolista veterano que viene de vuelos más altos. Este tipo de operaciones, algunas veces han dado juego. Pero otras, en cambio, han resultado fiascos manifiestos. Acaso el griego Samaras, en la historia reciente, sea el más llamativo a este respecto. 

Sin embargo, once partidos después, Bebé no ofrece discusión posible acerca de sus prestaciones, implicación y rendimiento como zaragocista. El futbolista de Cabo Verde, que ha sido convocado por la selección de su país para disputar partidos valederos para la Copa de África, se ha revelado en este corto periodo de tiempo como un extremo cuya influencia en el equipo y en el juego trasciende su posición, pegado a la banda izquierda. 

Desde allí arranca y desde allí amenaza. A partir de esa posición ladeada, escorada, extiende un buen hacer expansivo, en absoluto limitado. Unas veces es de control y temple. Otras de velocidad y verticalidad. Casi siempre elige de modo correcto, como si entendiera perfectamente el momento, el cómo y el cuándo. Ve claro. Piensa rápido. Todavía dispone del cañón de su fabuloso golpeo.    

Bebé, que quería jugar,  que quería, sobre todo, volver a jugar al fútbol,  no ha necesitado periodo de adaptación a la Segunda, ni al equipo, ni a la ciudad, al cierzo o al frío del invierno zaragozano. En cuanto vistió la camiseta del escudo del león, aportó por donde más se necesitaba: en la faceta goleadora y en los goles que dan triunfos. Así fue en Andorra, donde arrancó esta historia.  

Hoy no sólo estamos ante un jugador diferencial, que se mueve por encima de las circunstancias y que ha elevado los recursos y argumentos de la escuadra de Fran Escribá, sino que se ha erigido en pieza fundamental, vital para el funcionamiento colectivo. Es el máximo goleador de la segunda vuelta del Real Zaragoza, ha dado seis puntos cruciales en la lucha por la permanencia y es referencia obligada en el juego ofensivo. 

Se ha convertido, de hecho, el único jugador que ha visto puerta en más de una ocasión en esta fase de la competición, en la que también marcaron Azón, Mollejo, Simeone, Vada y Puche. Bebé, por encima de ellos, ha firmado de tres goles, alguno de factura extraordinaria, fuera de lo común en este Zaragoza y en esta categoría. 

Desde esta perspectiva, en modo alguno resulta extraño que el club aragonés trate de minimizar los efectos del llamado 'virus FIFA' y negocie con la Federación de Fútbol de Cabo Verde el regreso de Bebé a la capital aragonesa para este próximo sábado, con el fin de que el extremo pueda estar a disposición de Fran Escribá para el encuentro del domingo, en el estadio de La Romareda, con el Albecete como rival. 

Luego se empina el calendario. Vendrá, seguramente, la fase más compleja para el Real Zaragoza. Aparecen como rivales Levante, Granada, Éibar y Las Palmas, con el Racing de Santander situado entre ellos, siendo este, en apariencia, el único llano en cinco encuentros.

Si Bebé puede tomar parte en el choque ante el Albacete, mucho se puede ganar antes de acometer las exigencias que se anuncian para un Real Zaragoza necesitado, que, aun estando ahora mismo en una zona tibia de la tabla, sigue mirando por el retrovisor aquello que sucede en la parte baja.     

  

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