Las defensas mandan. Tanto SD Huesca como Real Zaragoza fundamentan sus rendimientos en la fiabilidad defensiva. Un punto en común que lanza algunas pistas acerca de la anatomía que puede tener el partido del próximo domingo. Ambos equipos comparten debilidades y fortalezas. Son escuadras que sufren en la producción de goles, a las que les cuesta hilar el juego desde la posesión y en la que no sobresalen excesivos puntos de desequilibrio individual o colectivo. Pero, en cambio, son conjuntos con una apreciable artesanía táctica. De líneas ordenadas y coordinadas y pocas concesiones a nivel defensivo. Compiten desde esa fortaleza y protegen con solvencia los dominios cercanos a su portero.

Aunque ni Huesca ni Zaragoza se encuentran entre los equipos de Segunda que menos goles encajan, hay otro dato que ayuda a ubicarlos mejor en el contexto de la categoría como dos de los equipos con un funcionamiento defensivo general más eficaz, regular y sólido.

Tanto Huesca como Zaragoza se han destacado entre los conjuntos que en más partidos han dejado a cero su portería. Los de Cuco Ziganda han sido invulnerables en 14 encuentros. Los de Escribá, por su parte, no han recibido goles en 13 jornadas. Solo Las Palmas (19), Granada (17), Burgos (16), Éibar (16) y Levante (15) ha cerrado su puerta más veces, todos ellos, candidatos al ascenso, subidos en la zona noble de la clasificación durante toda la temporada.

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Es una muestra más de las garantías defensivas como premisa principal para competir por esas posiciones de honor. Al Zaragoza, como al Huesca, les ha faltado gol para consolidarse como aspirantes. Ni uno ni otro equipo ha presentado una línea regular en esta faceta. El Zaragoza aún tiene en Simeone un goleador destacado, un hombre aislado en esa empresa, pero referente del equipo durante toda la temporada. En el Huesca, esa responsabilidad anotadora se encuentra disgregada. Juan Carlos Real, un centrocampista ofensivo, es su artillero con cinco goles. Ninguno de los delanteros de Ziganda ha contribuido a disparar la cuota de gol. Kanté, con tres goles, ni siquiera es fijo en una demarcación en la que en enero llegó Obeng y en la que Carrillo tampoco ha resaltado.

En cambio, el Huesca sí ha lucido en defensa. Además, tiene un portero de indudable influencia en el equipo, Andrés Fernández, cuyo rendimiento ha retenido y ganado puntos. El Zaragoza de Escribá se mueve en órdenes similares. Por ejemplo, en las últimas siete jornadas ha encajado siete goles, pero los recibió todos en dos partidos, contra Alavés (1-4) y Málaga (3-0). Esa fragilidad fue coyuntural, no fue tanto un problema de estructura defensiva.

Al partido del domingo, cabe intuirle así un juego sellado, un duelo bloqueado, con pocos sucesos y con alta incidencia de los pequeños detalles... Aunque en el duelo de la primera vuelta, un el acierto y un gol tempranero del Zaragoza removió todos los pronósticos.