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Cordero quiere experiencia para el Real Zaragoza

La renovación de Jair Amador refuerza una de las premisas del proyecto del director deportivo: el incremento de la edad media de la futura plantilla.

Juan Carlos Cordero, este lunes sobre el césped de La Romareda.
Juan Carlos Cordero, este lunes sobre el césped de La Romareda.
Francisco Jiménez

Mientras gestiona el día a día de su situación clasificatoria y resuelve del modo menos traumático posible el desenlace de la temporada, el Real Zaragoza, como dicta el sentido común después de un cambio de timón en su estructura deportiva, comienza a sentar las bases del proyecto de la próxima campaña. Juan Carlos Cordero, el nuevo responsable del área técnica, ya da los primeros pasos en ese sentido.

Entre otras misiones, ha empezado a posicionar al club en el mercado de agentes libres en junio, ha iniciado tanteos para el fichaje de un lateral izquierdo, ha renovado a Jair Amador y analizado la situación de otros futbolistas de la plantilla con contrato en finalización… Y también ha establecido ya ciertas premisas contextuales de lo que pretende de cara a la próxima temporada. El Zaragoza, según es su intención, sufrirá una profunda remodelación estructural. Van cambiar todas las líneas con nuevas características posicionales y se van a promover otros perfiles técnico-tácticos de futbolistas en la plantilla.

Pero también se quieren transformar otros atributos menos futbolísticos, más alineados con las condiciones físicas, personales y profesionales. En este sentido, Juan Carlos Cordero se ha marcado como uno de sus objetivos principales en el diseño de la plantilla el incremento de la edad media del grupo. Desea dotarlo de piezas de mayor experiencia y recorrido en el fútbol, jugadores con más oficio, más años de competición y más habituados a las exigencias límite de una plaza como Zaragoza. Dentro de estos propósitos se enmarca, precisamente, la apuesta por la renovación de Jair Amador, futbolista de 33 años y pasado relevante en la categoría. Era, de este modo, una decisión estratégica para el director deportivo.

Juan Carlos Cordero quiere mantener cierto equilibrio entre juventud y veteranía, pero ya ha trasladado a diferentes actores del fútbol su propósito de darle a su plantilla futura más cuajo, más experiencias vividas en el ámbito profesional. Considera, ante todo, que esa línea de actuación debe acometerse en la delantera, donde el Zaragoza actual posee sus jugadores más jóvenes. Aunque Mollejo ya supera el centenar de partidos en Segunda División o Azón cumple prácticamente su tercera temporada jugando en la categoría, no dejan de ser, pese a esas experiencias, futbolistas de 21 y 19 años, respectivamente. Giuliano Simeone aún no había cumplido 20 años en el inicio de su primera aventura en una liga profesional y lleva toda una temporada soportando la responsabilidad goleadora de un equipo con las debilidades ofensivas del Real Zaragoza. Por su parte, otros delanteros al servicio de Escribá apenas elevan la edad media de la delantera: Puche tiene 21 años y poco recorrido en Segunda; Pau Sans ha cumplido 18 y ha saltado en unos días del juvenil al primer equipo; y Pape Gueye, aunque tiene 26 años, ha vivido en el Zaragoza un capítulo novedoso para él, por liga, país, tipo de fútbol, idioma y hábitos culturales.

Según se entiende, en una zona del equipo tan crítica y determinante como la delantera, el Zaragoza deberá crecer en años. Esta temporada, su edad media -aún sin computar a Pau Sans y sus 18 años- es de 26,4 años, con la siguiente distribución por líneas: 33,5 en la portería; 26,3 en la defensa; 27.3 en el mediocampo y 23,75 en la delantera. Está, así, entre los grupos más jóvenes del campeonato, aunque lejos del Villarreal B (21,8) o el Mirandés (23,7).

El Zaragoza, de hecho, es el equipo con más jugadores entre los 30 más jóvenes que han jugado esta temporada en Segunda: Pau Sans (18), Marcos Luna (18), Giuliano Simeone (20) e Iván Azón (20). Sin embargo, también tiene a dos entre los 15 más veteranos de la categoría: Alberto Zapater (37) y Cristian Álvarez (37).

Ellos, junto a Jair (33), son los jugadores más fogueados y curtidos, quienes suben la media de una grupo que, en todo caso, aun dentro de su juventud, tiene chavales con varias cicatrices ya en el cuerpo: Mollejo es el séptimo jugador más joven en la historia de la Segunda División en jugar 100 partidos en la categoría. Tiene 22 años recién cumplidos, pero varias batallas libradas. Semejante es el caso de los canteranos aragoneses: Francho (21), Francés (20) y Azón (20). Ellos son jóvenes pero expertos, después de tres temporadas compitiendo con regularidad y creciendo en una categoría dura y exigente y en un club donde no hay alivio en ningún momento.

En este sentido, Juan Carlos Cordero reconoce el valor de ese capital: futbolistas jóvenes, aunque con trayectorias curtidas en la categoría. Pero su afán es rodearlos de puntuales apoyos de futbolistas de largo recorrido con capacidad diferencial, que sumen de verdad.

Su modelo como director deportivo siempre ha seguido esa línea. Lo hizo en el Cádiz, en su momento uno de los equipos más veteranos de la categoría, pero también en el Tenerife, cuya plantilla la pasada temporada estaba en 30,8 años de media y en la actual en 30,2 años. El curso pasado el Tenerife fue de los equipos más viejos de Segunda junto a Cartagena y Alcorcón, del mismo modo que en este lo es junto a Cartagena, Málaga y Leganés.

De los 26 años del Zaragoza de hoy a los 30 del Tenerife… Posiblemente, en un punto intermedio se ubique el próximo proyecto de Juan Carlos Cordero.

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