real zaragoza

El Leganés, el rival que sacó del carril a Escribá antes del parón de Navidad

La derrota por 2-1 en Butarque el 19 de diciembre cortó el aspecto de renacido que el Real Zaragoza había adquirido tras la llegada del nuevo técnico mes y medio antes. Ya no ha regresado más esa sensación. 

Una jugada del Leganés-Real Zaragoza jugado en Butarque el 19 de diciembre pasado.
Una jugada del Leganés-Real Zaragoza jugado en Butarque el 19 de diciembre pasado.
Enrique Cidoncha

Llega el domingo el Leganés a La Romareda, justamente el rival que sacó del carril a Fran Escribá antes del parón de Navidad. El 19 de diciembre, un lunes frío en la noche de la periferia madrileña, el nuevo entrenador del Real Zaragoza, que había llegado al club mes y medio antes a relevar a Juan Carlos Carcedo, sufrió en esa localidad su primera derrota en la liga al frente de equipo blanquillo (se había estrenado apresuradamente con la terrible eliminación en Copa ante el colegial Diocesano de Cáceres). Fue por 2-1, después de haber adquirido ventaja pronto -con el último gol marcado por Giuliano Simeone- y, por lo tanto, permitiendo que los locales volteasen el marcador posteriormente.

El Real Zaragoza se salió del carril del positivismo generalizado ese día y ya no ha vuelto al mismo nivel de seguridad y certezas. Había acudido al campo leganense de Butarque bajo los efluvios agradables de la goleada infligida al Huesca en La Romareda, aquel 3-0 que ha terminado por ser un tanteo anómalo en los choques de los blanquillos este año. Escribá llevaba cinco partidos con el equipo de crecida, tras haber tomado tierra en la liga con un apurado empate en casa con el Málaga (1-1), al que siguió la igualada 2-2 en Burgos en un día de mejorías, la victoria por 2-1 ante el Ibiza in extremis y el 0-0 de Albacete a base de orden y poco más.

Había algunos detalles de reacción y, con mucha benevolencia analítica, se consideraba posible una reconducción de la temporada hacia terrenos más tranquilos e, incluso, ilusionantes. La liga aún no estaba rota en los detalles de la clasificación y quedaba toda la segunda vuelta entera... pero el Leganés, en el cambio de hoja del calendario de la primera y la segunda vuelta, enmarañó el aspecto y las trazas de renacido que el Real Zaragoza había adquirido tras la llegada del nuevo técnico 42 días antes de aquel mal paso en el sur de Madrid. Y ya no ha regresado más esa sensación de posible rehabilitación de equipo, ni siquiera una vez terminado el, entonces, esperado mercado de invierno que iba a tener lugar durante todo el mes de enero.

Los 20 días de parón por Navidad y fin de año, espacio más largo que nunca por la especial ubicación de las fiestas, le sentaron como un tiro al Real Zaragoza. Al regreso, el bofetón de Leganés pareció ser lo único que había quedado guardado en el disco duro de los protagonistas. Lo anterior estaba borrado. Ya no ha ganado más en casa: 0-0 con el Mirandés por Reyes; 0-0 con la Ponferradina días después; aquel 1-4 lacerante recibido del Alavés; y el nuevo 0-0 del último día en casa con el Burgos. Además de no vencer, el defecto de la ausencia de gol se ha incrementado a cotas incluso superiores a las del destituido Carcedo. 

Fuera de casa, donde ha logrado los dos momentos de lucidez que lo mantienen a flote respecto de la zona de descenso (los triunfos en Villarreal, 2-3, y en Andorra, 0-1, ambos fuera de tiempo), un partido se ha sumado al apagón total de La Romareda: el desbarajuste del 3-0 frente a uno de los colistas, el Málaga, que sigue sin ser descifrado debidamente por ser inexplicable. Además, hubo otra derrota en Gijón (1-0) y el 0-0 escaso del domingo en Lugo.

Todo esto tiene como origen sísmico Leganés. Aquel 19 de diciembre del que solo han pasado 89 días. Ahora, el mismo Leganés, tal vez el más irregular de los rivales este año en Segunda División, llega a La Romareda amenazante. Ha perdido el paso de la pelea por la promoción de ascenso en una mala racha reciente, pero todavía aspira a reengancharse. Tiene 5 puntos más que el Real Zaragoza (40 por 35) y es un bloque con piezas que han jugado en Primera División (hace dos años allí militaban los pepineros aún) que fue colista a mitad de la primera vuelta y que, tras un 'arreón' superlativo llegó a tocar la 6ª plaza en enero. Su entrenador, Imanol Idiakez, exzaragocista de mal recuerdo mutuo en su breve paso por el club blanquillo, contará con ese puntito de revancha propio del caso. Ya lo sació en su parte alícuota con el 2-1 de Butarque. Ahora sentirá el gusaneo de estómago en el banquillo opuesto al que fue el suyo hace un tiempo. 

Mientras tanto, Escribá y la plantilla del Real Zaragoza volverán a la sala de torturas de La Romareda, a tratar de satisfacer a una afición que sigue siendo masiva pese a todo, calmada como nunca y condescendiente contra natura de su propia idiosincrasia ancestral. Si el Leganés fue la piedra que hizo descarrilar a Escribá hace dos meses y medio, tal vez el Leganés sea el golpe seco, benéfico y acertado, que meta de nuevo entre raíles a este Real Zaragoza que necesita catar ya una victoria en casa para no caer en depresión profunda. No hay alternativa alguna más que esta para salir aliviados el domingo que viene. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión