REAL ZARAGOZA

Real Zaragoza: pese a todo, un equipo con carácter

El equipo aragonés ha salvado 10 de sus 33 puntos en los últimos minutos de los partidos con goles decisivos. La constancia, virtud contra las deficiencias de la plantilla.

Zapater, en el momento de marcar el 2-1 con el que el Real Zaragoza ganó 2-1 al Villarreal B en La Romareda en el minuto 92.
Zapater, en el momento de marcar el 2-1 con el que el Real Zaragoza ganó 2-1 al Villarreal B en La Romareda en el minuto 92.
Toni Galán

El Real Zaragoza ganó en Andorra este domingo pasado ya el minuto 92. No es casualidad, ni azar, ni algo puntual el hecho de que el gol decisivo, el 0-1 de Bebé, llegase en el tiempo de aumento, segundos antes de concluir el partido del Estadio Nacional.

Porque tres jornadas antes, el Real Zaragoza ya venció 2-3 en La Cerámica al Villarreal B con el gol ganador logrado en el minuto 90 por Mollejo. Y un mes por delante, el cuadro zaragocista venía de derrotar por 2-1 al Ibiza en La Romareda en el minuto 91, con un agónico tanto de Bermejo. Y una semana antes, el equipo aragonés había marcado el 1-2 en El Plantío de Burgos en el minuto 90, manufacturado en última instancia por el defensor local Atienza en propia puerta. Lo que pareció ser otro gol ganador se quedó finalmente en sostén de un simple empate, pues los castellanos igualaron (2-2) segundos después, descafeinando el valor de ese logro para reducirlo a salvoconducto de un simple empate definitivo.

Y, asimismo, en los siete días previos, en el estreno de Fran Escribá como entrenador blanquillo, el Real Zaragoza había salvado un punto en su estadio al lograr empatar frente al Málaga, 1-1, con un gol de Simeone llegado en el minuto 87, cuando la derrota se empezaba a asumir. Antes de estos cinco episodios de suma de puntos cruciales in extremis bajo la batuta del citado Escribá, en la fase inicial de la temporada, con Juan Carlos Carcedo, el capitán Zapater rubricó el primer caso de este serial. En la jornada 11, marcó el 2-1 con el que tumbaron al Villarreal B en casa en el minuto 92.

Cuando algo así ha tenido tantos casos de repetición, hasta seis en 26 jornadas, hay mucho más de causal que de casual. Se trata de una cuestión de carácter, de que la mezcla de los futbolistas que conforman este año la plantilla blanquilla tienen un plus de orgullo, de fe, de fortaleza mental que, en temporadas precedentes, se echó en falta. Estas cosas surgen por naturaleza propia en los grupos, en los equipos, al margen de que también puedan ser trabajadas o inducidas desde la dirección técnica a través de las asignaturas anímicas o psicológicas propias de este entorno profesional.

Es un alivio enorme que este Real Zaragoza de deficientes rendimientos durante seis meses de liga, de máculas y carencias serias en aspectos decisivos del juego (sobre todo, paradójicamente, en la fabricación y materialización de los goles ), contrapese estos aspectos negativos con algo tan decisivo como la creencia en que, siempre, es posible hallar una solución entre la nada o la escasez.

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HA

Los goles de Zapater, Simeone, Bermejo, Mollejo y Bebé, más el de Atienza en propia puerta en Burgos, han salvado y añadido al haber del Real Zaragoza en la clasificación un total de 10 puntos de los 33 que ahora tiene ganados. Han cambiado lo que iban a ser cuatro empatespor cuatro vitales victorias, modificando la suma de un solo punto y cambiándola por tres en cada caso. Y han servido en dos ocasiones para evitar derrotas y sumar un punto a través de la igualada. Sin estos 10 puntos, el Zaragoza estaría en zona de descenso. Otra hipótesis ayuda al cotejo y da valor al hecho: con solo cinco de estos 10 puntos, su situación sería también de máximo peligro. Incluso con seis o siete. Este talante del grupo es oro molido.

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