REAL ZARAGOZA

Cordero y Quinteros, cumbre en pleno entrenamiento

El director deportivo del Real Zaragoza llamó a un aparte al central boliviano este jueves en La Romareda para explicarle la perentoria necesidad de que abandone cuanto antes la plantilla para dejar espacio a un fichaje. 

Bajo el toldo de la zona de minusválidos del estadio de La Romareda, Juan Carlos Cordero y Jairo Quinteros charlaron vis a vis este jueves al inicio del entrenamiento del equipo.
Bajo el toldo de la zona de minusválidos del estadio de La Romareda, Juan Carlos Cordero y Jairo Quinteros charlaron vis a vis este jueves al inicio del entrenamiento del equipo.
José Vidal

Jairo Quinteros está a punto de salir del Real Zaragoza. El central internacional con Bolivia fue llamado en la mañana de este jueves por el director deportivo, Juan Carlos Cordero, para charlar vis a vis en un rincón del estadio de La Romareda mientras la plantilla ya se entrenaba desde hacía varios minutos sobre el césped. El ejecutivo y el futbolista charlaron bajo el toldo de la zona de minusválidos del campo de fútbol municipal con gestos enfáticos. 

Quinteros, que solo ha jugado un breve rato como zaragocista, 12 minutos en la noche del pasado 19 de diciembre en Leganés, desde su sorprendente fichaje como central blanquillo a finales de agosto, sabe hace semanas que es uno de los claros candidatos a abandonar la plantilla en este mercado invernal de fichajes y traspasos que empezó el día 2 y se cerrará en la medianoche del próximo día 31. El tiempo se está echando encima a la dirección deportiva, ya metidos en las últimas 12 fechas activas para remodelar la plantilla. Y el dorsal '15' que porta Quinteros es necesario para que pueda entrar uno de los nuevos refuerzos que tiene preparados Cordero de cara a la recta final de esta temporada 22-23.

Porque, sabido es, el Real Zaragoza tiene en estos momentos las 25 fichas profesionales permitidas por el reglamento de La Liga totalmente cubiertas. Es obligatorio que primero haya salidas antes de poder plantearse cualquier entrada nueva. Algo similar sucedió al inicio de enero cuando, una vez concertada la cesión de Alarcón desde el Cádiz, hubo que concretar en horas la rescisión del contrato de Lasure para poder ejecutar la operación. 

Para el club, en la fría matinal de este jueves, lo importante respecto de Quinteros no era que se ejercitara en los primeros lances del entrenamiento programado por Fran Escribá con el resto del grupo. Cordero lo ha llamado al graderío, a la frontera del primer y el segundo anfiteatro del fondo norte, para explicarle la urgencia de la situación. Vestido con el chándal de trabajo y calzadas sus botas, el hispano-bolviano ha acudido allí para conocer la ultimísima hora del proceso, en boca del máximo responsable del área futbolística de la SAD, que se la ha trasladado de forma cristalina. 

En principio, con Quinteros no debería haber excesivos problemas para que acepte su nuevo futuro inminente. Se trata de un fichaje que llegó a Zaragoza por la vía de las sinergias del grupo propietario de la entidad tras la última compraventa del paquete accionarial ejecutada en mayo. Jugaba, y no mucho, en el equipo B del Inter de Miami estadounidense, que comparte presidente con el Real Zaragoza, el estadounidense de origen cubano Jorge Mas Santos. Llegó como cuarto central, simultáneamente a la liquidación del contrato del canterano Enrique Clemente, que empredió viaje y nueva aventura en Las Palmas. Y, ciertamente, no ha contado nada ni para Carcedo, el primer entrenador del proyecto, ni para Escribá, con la única excepción de la citada aparición en el campo de Butarque hace exactamente un mes, justo antes de las recientes vacaciones navideñas. 

Falta saber cómo van a solucionar los propietarios de la sociedad zaragocista esta reubicación de Quinteros. Si será cedido o traspasado a otro club. Todo eso, que viene hirviendo en los despachos nobles del club desde hace 20 días, está a punto de definirse. El gesto de este jueves, protagonizado por Juan Carlos Cordero en primera persona, pone en evidencia que las horas de Jairo Quinteros en el Real Zaragoza deberían estar más que contadas. Se espera una desembocadura rápida a tan estratégico movimiento. Un extremo espera en la puerta para poder reforzar las enormes necesidades de la plantilla.

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