¿Por qué afirmaron e insistieron varias veces Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero este lunes en que "todas las licencias del Real Zaragoza están ocupadas" si queda libre el dorsal 25? La razón es singular: la presencia de James Igbekeme en el vestuario, retornado de una cesión al Columbus Crew de Estados Unidos, que finó el 31 de diciembre (la liga en ese país se disputa en el año natural, no con el calendario europeo), aunque todavía no esté inscrito en el registro de La Liga ni el club tenga la intención de consumar su vuelta a la plantilla, según los criterios deportivos que envuelven a este caso.

El punto de partida de esta especial circunstancia, a fecha de hoy, es que Igbekeme no está reintegrado en la plantilla del Real Zaragoza de forma oficial en La Liga. No tiene número. Está, por lo tanto, flotante. Pero legalmente, antes de que el mercado de fichajes de invierno vaya a cerrarse en la medianoche del día 31 del presente enero, el centrocampista nigeriano tiene el derecho laboral de su lado, pues la empresa, el Real Zaragoza, está obligado a darle dorsal y a activarlo como futbolista útil si permanece con contrato en vigor una vez se cierre el mercado el 1 de febrero.

Así que, como el compromiso contractual del africano con el Real Zaragoza está firmado hasta el 30 de junio, o la SAD blanquilla soluciona antes del final de este mes su rescisión, bien mediante un finiquito, bien a través de un traspaso (o maniobra similar) a otro club, o tendrá que guardar un espacio para él en previsión de que pudiera continuar ligado a la entidad hasta la conclusión de esta campaña 22-23.

Igbekeme sabe que no cuenta para Escribá. Pero sus representantes y su entorno van a apurar al máximo para obtener el máximo beneficio económico de su deseada salida del Real Zaragoza. No es su perfil el de un refuerzo necesario ni contemplado según están las cosas a estas alturas de la competición, y mucho menos después del bajo nivel ofrecido en Estados Unidos en los últimos meses, donde apenas jugó en una liga menor. Pero, mientras el nuevo director deportivo, Juan Carlos Cordero, de la mano del director general, Raúl Sanllehí, encuentran el modo de solventar este caso, Igbekeme deja congelada la ficha 25 hasta nueva orden, aunque ni él ni ningún otro futbolista tenga asignado ese dorsal.