Diocesano-Real Zaragoza, a partir de las 12.00: Escribá se estrena con la Copa

Después de una semana de agitación, el Zaragoza estrena entrenador en partido de Copa del Rey, con la misión de evitarse sustos contra el Diocesano de Cáceres.

Fran Escribá dirige un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Fran Escribá dirigiendo un entrenamiento esta semana en la Ciudad Deportiva.
Oliver Duch

Comenta un poco más abajo de estas líneas Iván Cabellud, futbolista aragonés del Diocesano, entre bromas y cierto alucine, que ha jugado tres partidos de Copa del Rey en su vida y dos han sido contra el Zaragoza… Pero contra un Zaragoza que en ambos días estrenaba entrenador: hace dos años fue Jim contra la Gimnástica Torrelavega y hoy será Fran Escribá frente el Diocesano. Allí estaba y estará Cabellud como rival, con dos camisetas distintas él y con dos técnicos de debut el Zaragoza. La anécdota lo dice todo sobre un club atribulado y en constante zarandeo de entrenadores que ha puesto en el banquillo ahora a Fran Escribá.

Su etapa nace en Cáceres, en la localidad de Arroyo de la Luz (Aragón TV/12.00), donde la Copa del Rey lleva al Real Zaragoza, que, ante todo, tratará de evitar eliminaciones ridículas o sustos injustificados. El torneo que en cierto modo ha definido la identidad histórica del club hace tiempo que es una piedra en el zapato porque cuando se juega desde las catacumbas de Segunda casi nada hay para ganar pero mucho hay que perder, más en pasajes de necesidad y problemas como el que sufre estos días el Zaragoza.

Nadie duda de que Fran Escribá debe comenzar a planchar el fútbol apelmazado que dejó Carcedo dentro de una semana contra el Málaga, pero antes toca este compromiso envenenado contra el Diocesano, adversario de Segunda RFEF, categoría que pisa por primera vez un equipo nacido dentro de las paredes de un colegio cacereño.

Arrancaron bien en el grupo 5, pero ahora arrastra cuatro derrotas seguidas. Tampoco a ellos les llega la Copa en buen momento, pero para ellos la Copa no es una obligación, sino más bien una fiesta. Invitado está el Zaragoza, al que se espera con ilusión, y casi dos mil personas en las gradas del exilio en Arroyo de la Luz, sobre césped sintético: tienen invitación los alumnos del colegio y los chavales del fútbol base del club, además del paquete de entradas vendido durante esta semana.

El Zaragoza acude a la trampa con el fútbol que desde hace unos días intenta restaurar Fran Escribá. El punto de interés real de la cita estará, además de en impedir cualquier sobresalto, en esas primeras pinceladas de estilo, modelo y rendimiento del nuevo entrenador. Sobre nombres posibles para el partido, cabe esperar que sea el turno de los menos habituales y el día de descanso para los jugadores más utilizados en las últimas semanas, más ante la necesitada presencia de piernas frescas y cabezas despejadas del partido contra el Málaga. Queda aún una semana porque la liga se ha parado en favor de la Copa, pero a nadie se le escapa cuándo hay que pegarla la cucharada a una victoria.

Álvaro Ratón apunta a estar en la portería de un campo que conoce bien de su paso por allí hace diez años, pero eso no significa que, ante la lesión de Cristian, vuelva a ser dentro de una semana contra el Málaga el portero del Zaragoza. Futbolistas inéditos y con poca participación como Quinteros o Nieto apuntan a aparecer por el once. También gente del reemplazo, como Zapater, Eugeni, Puche o Gueye. Y otros de mayor relevancia necesitados de ritmo y balón, como Francho y Bermejo.

¿Cómo se ordenarán en el campo? Todo apunta que Escribá devolverá la defensa de cuatro hombres, con un esquema 4-2-3-1, muy aproximado a lo que ha sido el 4-4-2, su sistema táctico habitual en su trayectoria. Será, en todo caso, una de las primeras dudas que se despejaran de las muchas que envuelven a un Zaragoza vestido de Copa del Rey esta semana, pero en modo liga. Desde luego, no hay tiempo que perder.

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