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El Zaragoza todavía confía en Carcedo

El técnico llegará en su cargo al encuentro del sábado, que enfrentará al equipo aragonés al Villarreal B, en el estadio de La Romareda 

Juan Carlos Carcedo, durante el entrenamiento que ha dirigido en la Ciudad Deportiva en la tarde del jueves
Juan Carlos Carcedo, durante el entrenamiento que ha dirigido en la Ciudad Deportiva en la tarde del jueves
Toni Galán

De no mediar sucesos ahora imprevistos, Juan Carlos Carcedo se sentará este sábado en el banquillo del Real Zaragoza, en el estadio de La Romareda, para dirigir al equipo aragonés en su choque ante el Villarreal B. En este sentido, poco o nada han cambiado las cosas a causa de las dolorosas formas en que se cayó en la noche del miércoles en los campos de El Sardinero de Santander. Aun acusado por el notable declive del equipo, la posición del Real Zaragoza en la tabla, la falta de gol o la crítica que ya ha apuntado La Romareda, Juan Carlos Carcedo sigue contando con el refrendo de los principales ejecutivos de la entidad, de Raúl Sanllehí, director general, y de Miguel Torrecilla, director deportivo.

Es más, la intención de ambos, así como de al menos parte del Consejo de Administración, es mantener a Carcedo en su puesto tanto como se pueda, a pocos asideros que deje a este respecto el mencionado choque ante el Villarreal. Una victoria daría más tiempo al técnico. Un empate es probable que no fuera definitivo para su suerte. O, por lo menos, estos son los escenarios que se manejan de modo apriorístico, antes de que suceda nada.

La postura del club, en todo caso, no es de cerrazón en torno a la figura del entrenador. Descansa, fundamentalmente, en dos pilares. El primero, en que se entiende que la plantilla cuenta con argumentos suficientes para salir de esta comprometida situación, como sucedió en otras campañas. Las vivencias de Natxo González y Jim en este banquillo caliente se toman como ejemplo. El segundo de los pilares –y no menos importante– hace referencia a las dinámicas generales. El club quiere romper de algún modo con las clásicas crisis de octubre y sus cansinas secuencias de acontecimientos: cambio de entrenador, modificación de planteamientos, refuerzos de invierno e inestabilidad sostenida en el tiempo. En este orden, los directivos del Real Zaragoza consideran positiva la continuidad del actual técnico, siempre que el fútbol y los resultados lo permitan.

Poco antes de que se iniciara la sesión de entrenamiento de ayer, programada para las 17.30 de la tarde, Raúl Sanllehí se acercó a los campos de la Ciudad Deportiva para trasladar de nuevo su respaldo firme al entrenador y al trabajo que está desarrollando. El mensaje del director general no se movió de donde está ubicado desde el inicio de la pretemporada y, más allá de esta concreta referencia temporal, del inicio del presente proyecto deportivo, diseñado antes para el medio plazo que para el corto.

A juicio del cuerpo técnico, los dos últimos resultados han venido condicionados por acciones muy puntuales: la expulsión de Giuliano Simeone en Santander, cuando se iba a alcanzar el tiempo del descanso, y un defectuoso despeje de puños, en un balón alto sin aparente peligro, de Cristian Álvarez ante el Oviedo, quizá incomodado el portero argentino en su visión por los rayos del sol que daban aquella tarde en su portería.

En todo caso, la nueva propiedad del Real Zaragoza afronta la primera encrucijada al frente de la sociedad anónima deportiva aragonesa, con la afición de La Romareda señalando claramente a Juan Carlos Carcedo desde el encuentro disputado ante el Real Oviedo en el estadio de La Romareda

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