REAL ZARAGOZA

Mirandés-Real Zaragoza: cuando la victoria es cuestión de personalidad

El equipo aragonés afronta a las 16.15 de este sábado en el campo de Anduva el siempre complicado enfrentamiento con un rival que es último clasificado y no ha logrado ni una victoria.

Juan Carlos Carcedo, con sus papeles en la mano, explica a Puche los detalles de una acción táctica.
Juan Carlos Carcedo, con sus papeles en la mano, explica a Puche los detalles de una acción táctica.
Oliver Duch

El Real Zaragoza tiene hoy la oportunidad de dar un salto mayúsculo en la clasificación, algo que sucederá si obtiene la victoria en el campo del Mirandés, que es el último clasificado tras las seis primeras jornadas de liga, sin haber ganado un solo partido y con solo dos puntos en su haber. El duelo, en horario de postre, café y pastas (las 16.15), es un caramelo para los muchachos que prepara Juan Carlos Carcedo, que están ante una posible tacada de tres triunfos seguidos, un nueve de nueve en puntos que los harían oscilar de lado a lado de las sensaciones e ilusiones en apenas 14 días tras su dubitativo inicio en agosto. La zona de la promoción se pisaría ya o quedaría a tiro de piedra.

Este tipo de choques se da cada año. Lo de jugar contra el último clasificado y partir con esa presión añadida del favorito, del que es conocedor de que, si no vuelve a casa con la victoria, está expuesto a arañazos y abolladuras en su entorno. Son envites para afrontar con mucha personalidad y pulso firme. Y más en esta Segunda División donde los apriorismos son muchas veces tiros al aire.

Carcedo lleva varios días avisando a los suyos de los peligros de este Mirandés decepcionante del principio de curso. Conoce las hojas afiladas que rodean a este perfil de partidos. Al Zaragoza actual le llega esta tarea en los albores de la competición y sin ninguna tenaza alrededor. Lo de ganar en Anduva esta tarde entra dentro de los mandatos rutinarios de un torneo liguero, sin más. Pero es cuestión de personalidad, por cómo llega el adversario de apurado y desnortado, después de que su aventura anual de cambiar más de 15 futbolistas y apostar por una mayoría de refuerzos jóvenes de distintos filiales no le haya salido tan bien como en campañas precedentes a su mentor, el pucelano Chema Aragón, que ha ganado fama en su singular sector de trasiego de jugadores a base de este tipo de amalgamas de aire juvenil con Miranda de Ebro como plataforma para sus experimentos.

El Zaragoza de Carcedo acomete una prueba de madurez, por lo tanto. No es la primera en tan solo siete jornadas, pues ya pasó un examen serio en Ponferrada hace dos semanas al presentarse en El Toralín quinto por la cola, sin ganar en cinco jornadas, con solo un gol a favor en sus alforjas y con unas sensaciones preocupantes tras caer en La Romareda 1-2 con el Lugo. Y el equipo blanquillo salió de El Bierzo con sobresaliente, estrenando su casillero de victorias, triplicando su reducida producción goleadora y con señales vitales positivas. O sea, que los de Carcedo saben ya lo que es jugar con decenas de atmósferas de presión alrededor por esas cosas que tiene el fútbol según los vientos.

Hoy, en Miranda, con un patrón distinto pues el motivo viene más por la pésima situación del rival y no por estar el Zaragoza en aquella delicada posición de partida de Ponferrada, los zaragocistas han de aplicar la misma personalidad y talante competitivo. Será el único modo de evitar que el caramelo que propone el calendario en casa del último de la fila se convierta en caramelo envenenado.

Carcedo tiende a repetir equipo, sustentado en las dos victorias consecutivas que han elevado la moral de la tropa de modo visible. Pero en la rueda de prensa previa del viernes dejó caer algún cambio, algún matiz, tal vez por la idiosincrasia del Mirandés y su campo. Habrá que esperar, porque el riojano no es de los que muestran sus cartas ni gesticulan en las previas.

Se esperan más goles de Simeone, más minutos para Azón y alguna señal de vida de Gueye, fichaje interruptus por ahora. Y, junto a la seguridad defensiva heredada de Jim que Carcedo está sabiendo mantener, también es hora de que, además de Mollejo, algún otro jugador se vaya sumando al listado de anotadores.

Enfrente estará un Mirandés muy cambiado respecto del descarado y ágil equipo que tuvo el año precedente. Joseba Etxeberría tiene las bajas del internacional eslovaco Mraz, que está con su selección (un delantero de 25 años que es una de las pocas apuestas cuajadas en el cuadro rojinegro) y del también punta Jofre Carreras, cedido por el Espanyol, que fue expulsado en Granada.

En sus remozadas filas destacan los zaragozanos Parra –lateral cedido por el Cádiz– y Roberto García, que está prestado por la Real Sociedad, dos de esas fugas infantiles que tanto han proliferado en Zaragoza en la última década. Son nuevos Nico Serrano y Prados, cedidos desde el B del Athletic de Bilbao; Javi Serrano y el brasileño Marcos Paulo, canteranos del Atlético de Madrid; el citado espanyolista Jofre; Santos, del filial del Real Madrid; el goleador Raúl García, que es del Betis; el griego Michelis, del Willem II holandés; Juanlu, del Sevilla Atlético... todos entre 19 y 21 años. También es cedido Pinchi, de Las Palmas (este tiene 26). El contrapeso lo ponen Manu García (excapitán del Alavés, de 36 años) y Raúl Navas (34), fichados para aportar algo de experiencia a este ‘frankenstein’ de noveles que es el Mirandés.

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