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Un talismán llamado Grau

El Real Zaragoza no pierde cuando el centrocampista juega de inicio. En las 11 titularidades que registra, el equipo solo acumula una derrota, que llegó en Cartagena cuando ya había sido expulsado del campo.

Grau, en el momento en que ve una de las dos tarjetas amarillas que le mostró en Cartagena el árbitro, González Esteban.
Grau, en el momento en que ve una de las dos tarjetas amarillas que le mostró en Cartagena el árbitro, González Esteban.
Pascual Méndez/LOF

Existen futbolistas que por su mera presencia sobre el césped condicionan el planteamiento del rival. No importa que estén en plenitud de condiciones físicas o que arrastren una mala dinámica. El hecho de formar entre los 11 titulares ya hace que su equipo esté más cerca de conseguir la victoria. Basta echar un vistazo a los números para comprobar que la importancia de Jaume Grau en el engranaje aragonés no es una cuestión menor. Rara vez que el centrocampista arranca un partido en la formación inicial el Zaragoza pierde. De hecho, en las 11 veces que ha sido titular, el conjunto zaragozano solo ha registrado una derrota, que llegó hace dos semanas en Cartagena.

Aquel día, además, el triunfo murciano se fraguó una vez que Jaume Grau había abandonado el terreno de juego, después de recibir una cuestionada doble amarilla que le impidió finalizar el encuentro sobre el césped. Por si fuera poco, el único gol del choque llegó precedido de una más que posible mano de De Blasis, pero esa es ya otra cuestión...

Los números, decía, hablan por sí solos. Grau, que llegó a la capital del Ebro en enero de este mismo año, tardó en hacerse con la titularidad. Después de estrenarse con la camiseta del Real Zaragoza en la jornada 24 del curso pasado, no fue hasta la 28 cuando dio el salto definitivo a la titularidad. Y lo hizo, además, por la puerta grande, ya que marcó los que hasta el momento son sus dos únicos goles como zaragocista. Primero inauguró el marcador en el triunfo ante Las Palmas (2-1) y una jornada después abrió de nuevo el electrónico en la victoria de El Molinón ante el Sporting (1-2). El Zaragoza ganaba y Grau convencía. Una unión indisoluble que regaló dos triunfos más ante el Almería (2-0) y ante el Fuenlabrada (2-1).

Sin embargo, en este último choque ante los madrileños, el centrocampista sufrió una taquicardia que le obligó a frenar en seco, deteniendo así su progresión. Fue sometido a un estudio electrofisiológico y a una ablación por catéter en el corazón, que le mantuvieron alejado de la actividad deportiva hasta su reaparición el 8 de mayo, en los últimos coletazos de la temporada 2021-22. Grau regresó y fue titular en las tres últimas jornadas de aquella liga. ¿Hace falta relatar cómo quedó el Zaragoza aquellos días?3-3 en Oviedo, 1-0 ante el Lugo y 1-2 en el cierre de curso ante el filial de la Real Sociedad.

En la presente campaña, al margen del citado y condicionado patinazo de Cartagena, el equipo de Carcedo tampoco pierde con el madrileño en la medular: 0-0 en Las Palmas, idéntico resultado ante el Levante y victoria de gran valor el último domingo en Ponferrada.

Importancia capital

Más allá de lo que indican las matemáticas, una información que conviene no obviar, la relevancia de Jaume Grau en el juego del Zaragoza quedó patente en el último choque de El Toralín. La exhibición de Giuliano Simeone en territorio leonés eclipsó otras grandes noticias, como el sobresaliente debut de Fuentes en el lateral izquierdo o el esperado regreso del propio Grau a la medular. El centrocampista madrileño volvió a ser el extraordinario guía sobre el que gravita el juego zaragozano. Incrustado en muchas ocasiones entre los centrales, su ayuda resulta fundamental en la salida de balón y en la construcción de juego. En defensa, el ‘5’ zaragocista también sabe dar equilibrio y evitar que el equipo se parta en dos

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