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La rodilla de Iván Azón evoluciona bien, según una resonancia de control

El delantero aragonés, lesionado con un traumatismo en el cóndilo femoral de la rodilla izquierda desde hace 17 días, seguirá siendo baja hasta que los especialistas no consideren que su vuelta no acarrea riesgos de problemas mayores. 

Iván Azón, en un entrenamiento de la concentración de principio de mes en Marbella (Málaga).
Iván Azón, en un entrenamiento de la concentración de principio de mes en Marbella (Málaga).
José Vidal

Buenas noticias dentro del serio inconveniente que supone para el actual Real Zaragoza incompleto de agosto la baja del delantero goleador Iván Azón. La rodilla dañada que lo tiene de baja desde el día 6 de este mes, la izquierda, evoluciona bien. Es el diagnóstico último extraído por los médicos tras una resonancia magnética nuclear de control a la que ha sido sometido el jugador en las últimas horas.

El traumatismo en el cóndilo femoral que le impide aún llevar a cabo la flexión de la articulación con normalidad sigue un proceso positivo de cara a su recuperación futura, aunque el ariete aragonés seguirá ausente en el día a día del equipo un tiempo más, todavía imposible de especificar en su duración.

Los especialistas son partidarios de no precipitar los tiempos de rehabilitación, de mantener una postura conservadora sin acelerar una vuelta al trabajo normal del fútbol de Azón que pudiera ser contraproducente. Es el principio de la temporada y no existe ninguna presión competitiva añadida que pueda sugerir a alguien correr algún riesgo. Es importante que el punta zaragozano se sienta bien y que esa zona ósea de la rodilla afectada manifieste que ya no hay dolor ni rozamientos anómalos. Este tipo de dolencias, sin ser graves en su origen, sí que son susceptibles de derivar en algo más latoso y largo de curar si no se siguen las pautas con paciencia y rigor. Cualquier edema óseo podría desembocar en meses de baja e, incluso, a medio plazo, en un tratamiento quirúrgico.

Nada de esto se contempla a fecha de hoy, pues la resonancia ha tranquilizado a todo el mundo en el Real Zaragoza, en el entorno de Azón y a los médicos que siguen su problema. El jugador seguirá trabajando en el gimnasio con los recuperadores del club, con mimo y sin hacer ejercicios que puedan ser agresivos para la zona dañada, hasta que el propio cuerpo le diga que ya es el momento de pisar el césped y tocar el balón. Poco a poco.

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