real zaragoza

Las Palmas-Real Zaragoza: el fútbol de los tres puntos regresa con una velada en Canarias

El equipo aragonés abre la liga en Las Palmas en un duelo que empezará a las 23.00 de este sábado y acabará a la 1.10 del domingo.

Los jugadores del Real Zaragoza se entrenan en la Ciudad Deportiva.
Los jugadores del Real Zaragoza se entrenan en la Ciudad Deportiva.
Guillermo Mestre

Por segundo año consecutivo la liga española de fútbol comienza antes del puente de la Virgen de Agosto. El Real Zaragoza llegó en la noche del viernes a Las Palmas para afrontar este sábado, muy a última hora (23.00), su primer duelo oficial del campeonato 22-23 de Segunda División en lo que es la puesta en marcha de su década consecutiva en la categoría de plata, fuera de la élite. Es plena canícula, época alta vacacional, con el 80 por ciento de pueblos y ciudades de todo el país en sus fiestas grandes. Pero el fútbol hace un tiempo que no atiende a tradiciones. En vez de disponernos a ver el Trofeo Carranza, el Teresa Herrera, el Colombino y aquellos míticos corolarios que ponían cada año fin por estas fechas a las pretemporadas, como esto ha quedado disuelto en la nada, es ya el fútbol con los tres puntos, el de verdad, el que se pone en marcha a todo trapo, marcando su paso imperiosamente.

Asumido este cambio de costumbres ‘a la europea’, el cuadro zaragocista ha de prepararse asimismo para otro de los modelos contra natura que este negocio ha metido en vena de todo el mundo: horarios extemporáneos. En huso peninsular (el que rige para los aficionados blanquillos, que en Canarias hay una hora menos, sabido es), este duelo comenzará a las 23.00 del sábado y acabará, por lo tanto, a la 1.10 de la madrugada del domingo, aproximadamente. Porque el neofútbol conlleva tiempos de aumento mayores en ambas partes a cargo de los árbitros, bajo norma aceptada por todos y, además, en este tiempo de verano puro y duro, hay sendas pausas de hidratación, también una por periodo. Son hechos que hacen que la duración del espectáculo supere las dos horas que siempre fueron referencia habitual.

Repite también envolvente deportiva el Real Zaragoza de esta nueva era de propiedad forana en la entidad blanquilla. Acomete este primer partido de fuego real con la plantilla sin perfilar del todo, sietemesina, imperfecta y sin el embellecimiento requerido desde el punto de vista técnico. Le pasa todos los años últimamente, así que ya no genera extrañeza. Es lo habitual que falten fichajes por venir y salidas por consumarse. Los que estén esta velada próxima en el acta del Gran Canaria no deberían ser, en alguna parte del reparto, los que sostengan el plantel a partir del 1 de septiembre, cuando el mercado estival se cierre. Esta es otra rareza de La Liga: empezar a competir en serio con el compro-vendo-cambio de jugadores abierto aún de par en par, en lo más álgido de la vorágine de operaciones a la desesperada que tanto alteran los biorritmos competitivos de infinidad de clubes.

Y es que resulta que los tres puntos que hoy se disputan Las Palmas y Real Zaragoza en Canarias en esta jornada uno tienen el mismo valor que los tres últimos que se diriman a finales de mayo, quien sabe si con algo sustancial en liza, clave para la supervivencia o el éxito de un proyecto. Es obvio que, pese a que lo de esta noche va muy en serio, el medio ambiente de La Liga a estas alturas de agosto no responde a tal rigor, pues la mayoría de las entidades están en obras, sin pauta financiera configurada y enmedio de una nebulosa que deja la puridad de la competición arañada. El mercado debería estar cerrado cuando la liga da su primer paso. Y no es así nunca. Hoy restan aún 19 días para que se estabilicen los clubes de un modo certero. Pero ya hay liga.

En este maremagnum que, según se aprecia por la actitud silente discrecional de los afectados, se asume sin rechistar, el Zaragoza estrena tiempos nuevos... motor con carrocería vieja. Hay nueva propiedad, cuestión de hondura. También debuta un nuevo entrenador, Juan Carlos Carcedo, en cuyas manos está la nave desde este sábado agosteño. Pero la plantilla se parece mucho a la del año precedente. Y también guarda infinidad de piezas del curso anterior, hace dos ligas. No ha habido catarsis. Ni revolución parcial. Imposible para los ejecutivos encargados de remodelar ese equipo que tan mal lo pasó durante meses y meses en la clasificación un año y otro. La herencia de los contratos en vigor del 85 por ciento del vestuario ha sido un hándicap bajo las reglas no escritas de la industria del fútbol moderno, el de las empresas de representación, los agentes y demás vectores que manejan el mango de la sartén.

Solo hay cuatro caras nuevas en el Zaragoza. Y solo el mediocampista Molina, que coincidió con Carcedo en el Ibiza, asoma de inicio con vitola de titular. Mollejo, Simeone y, sobre todo, el portero Rebollo (jugó incluso con el filial esta semana en Cuarte), parten desde posición más retrasada en el reparto de rangos.

La lesión del goleador Azón ha sido la mala noticia de la semana. Sin entrenar en los últimos siete días, su ausencia va a ser un bofetón para el equipo y el entrenador. No ha llegado un ‘9’ de peso específico, como se pretende. Así que toca improvisar, pues la delantera está incompleta y un tanto difusa a día de hoy. Narváez, uno de los que fue invitado a irse (con Petrovic o Larrazabal, entre otros), puede ser paradójicamente el primer ariete titular. La alineación y el plantel denotan continuidad.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión