A un mes exacto del inicio de la liga el Real Zaragoza prosigue con sus rutinas

Martes 12 de julio. Doble sesión de entrenamiento en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza. En la matinal, todo normal, con la única ausencia por alguna molestia física de Ratón, que trabajó al margen. Algo habitual cada día, pues el cuerpo técnico y médico no quieren riesgos y la consigna es que, en cuanto alguien tenga el menor síntoma de dolor o problemas, pare en seco y retome la normalidad antes de volver al grupo.

Es tiempo de cargas de trabajo, de preparación física, de puesta a punto de los músculos, los tendones, las articulaciones y los pulmones después de algo más de un mes de vacaciones para casi todos los miembros de la superpoblada plantilla actual, que son hasta 30 futbolistas bajo las pautas de entrenamiento del técnico debutante en la plaza, el riojano Juan Carlos Carcedo. Es el primer tramo de 10 días (del 5 al 14 de este mes de julio) que tiene lugar en los campos de las instalaciones de la carretera de Valencia, enmedio de obras de mejora que acompañan a los jugadores y técnicos en cada momento bajo un calor propio de las fechas, acrecentado por la ola meteorológica que eleva las temperaturas ostensiblemente de aquí al fin de semana. 

Falta un mes exacto para que la liga empiece, en la antesala de la Virgen de Agosto. El Real Zaragoza lo hará el día 13 de ese próximo mes en Las Palmas de Gran Canaria. Y todavía es tiempo de rutinas. Para que se vea algo firme con el balón de por medio hay que esperar al miércoles de la semana que viene (día 20), en Boltaña, cuando a mitad de la concentración del primer equipo en esa localidad pirenaica, el RZD Aragón, equipo B blanquillo, suba ex profeso al campo de Villaboya para jugar el primer test preparatorio. Por delante, Carcedo y sus auxiliares han diseñado un periodo de 15 sesiones de entrenamientos basadas en el apartado físico por encima de otras cuestiones también básicas en el desarrollo del fútbol que aguarda en solo 30 días, el de verdad, cuando ya haya puntos en juego. 

No hay sensación de prisas, de estrés, de incomodidad. Todo va según lo previsto. Los 30 futbolistas que cada día acuden a los vestuarios de la Ciudad Deportiva saben cada uno su destino, sus opciones de seguir o no en el Real Zaragoza 22-23. Y los técnicos son sabedores de que el área deportiva trabaja para concretar los refuerzos escritos con letras de molde en el proyecto nuevo de la SAD para modificar, sobre todo, el apartado de generación y consecución de los goles en las porterías rivales. Listado del que por ahora solo ha cuajado el joven Giuliano Simeone, cedido por el Atlético de Madrid B, más allá de la contratación de un nuevo portero, Rebollo, llegado del Betis B tras el imprevisto caso surgido con el elegido en primera instancia, Campos, del Celta B, al que se rehusó fichar finalmente tras el acto de la firma a causa de un tuit improcedente de hace años que arruinó su llegada al Real Zaragoza. 

La plantilla trabaja a solas en sus dominios. Apenas suceden circunstancias fuera de lo común. No trasciende nada dentro de la burbuja del neofútbol que envuelve al nuevo Real Zaragoza en este verano para la historia. Todo está tranquilo. Calma chicha, en términos de navegación náutica. Todo lo que vaya a suceder, que sucederá, acontecerá ya dentro del último mes de pretemporada, un tiempo que en el fútbol moderno cada vez tiene lugar antes en el calendario dada la prontitud del comienzo de la ligas. 

Y, por la rareza nunca solucionada del método de trabajo en el fútbol profesional (no solo español, sino internacional), como quiera que hay hasta tres jornadas oficiales de liga con el mercado de fichajes abierto, todo el mundo da por asumido que también habrá novedades relevantes con la competición ya en marcha, entre el 12 y el 31 de agosto, y que la plantilla zaragocista que esté en disposición de viajar a Las Palmas en un mes no será la misma que acometa la 4ª jornada ante el Lugo en La Romareda en el primer fin de semana de septiembre, ya con los equipos, entonces sí, cerrados por completo hasta que un nuevo mercado, el invernal de enero, vuelva a revolucionar las direcciones deportivas en virtud del devenir de cada uno. En definitiva, nada nuevo. Todo correcto.