Estaba cantado y ya es oficial. El último partido de la liga 21-22 del Real Zaragoza, en Anoeta frente a la Real Sociedad B, ha sido adelantado al viernes día 27, a las 21.00, extraído así del horario unificado que regirá al paquete mayoritario de duelos en los que hay algo en juego en la clasificación más sustancial de Segunda División. Esto es así porque, obviamente, en el choque entre blanquillos y donostiarras, el interés es nulo en cuestiones mayores. Los vascos están ya descendidos de categoría a Primera RFEF y los aragoneses están hace dos meses en tierra de nadie, sin riesgos ni aspiraciones de nada. 

La Liga, con arreglo a sus acuerdos con las televisiones con derechos, ha vuelto a ocupar distintas ventanas y franjas horarias para rematar el curso según sus hábitos. Y el Real Zaragoza jugará otro viernes más, el segundo seguido (en una serie que define lo que es para la patronal el equipo zaragocista por su tirón de público y teleespectadores: lunes-viernes-viernes), en la ciudad guipuzcoana.

El Real Sociedad B-Real Zaragoza compartirá esa ubicación del viernes a las 9 de la noche con otro partido, el Mirandés-Fuenlabrada. Y el sábado es utilizado por La Liga para colocar otros dos partidos sin chicha del colofón de Segunda, a las 18.15, tanto el Amorebieta-Ponferradina como el Lugo-Málaga. Este sábado próximo no se puede contraprogramar ni solapar nada con el gran evento continental: la final de la Champions League entre el Real Madrid y el Liverpool, a las 21.00. 

Los demás partidos de la jornada definitiva, hasta 7, sí que quedan en su sitio primigenio, el domingo, pero no a las 18.30 como estaba advertido en primera instancia, sino más tarde, a las 20.00, pues el calor va a apretar en diversas zonas del país y la norma interna de la LFP tiene muy en cuenta las previsiones de temperaturas altas. Ahí se decidirá todo en la disputa del Alcorcón-Eibar, Burgos-Girona, Leganés-Almería, Oviedo-Ibiza, Sporting de Gijón-Las Palmas, Tenerife-Cartagena y Valladolid-Huesca.