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Las pistas de Jim sobre su continuidad: "Torrecilla y yo no somos un matrimonio"

El entrenador del Real Zaragoza en el último año y medio deja algunas pistas sobre su futuro inmediato y el del director deportivo, a tres partidos para la conclusión de la liga y con la compraventa de la SAD en marcha. 

Raúl Sanllehí y Miguel Torrecilla, en afable conversación en el palco de La Romareda hace 20 días en el partido del Real Zaragoza ante el Burgos.
Raúl Sanllehí y Miguel Torrecilla, en afable conversación en el palco de La Romareda hace 20 días en el partido del Real Zaragoza ante el Burgos.
Toni Galán

Este fin de semana se pone en marcha, ya sin cesar, la maquinaria del nuevo Real Zaragoza que viene de la mano de la nueva propiedad. Quedan aún tres partidos para el equipo blanquillo en la liga 21-22, el inminente en Oviedo este lunes, pero lo importante ya no está en el césped sino en los despachos. De continuidades y marchas se va a hablar largo y tendido en las próximas semanas. Y, en el ámbito deportivo, la figura del entrenador es crucial. Juan Ignacio Martínez 'Jim', pieza clave en la supervivencia del Real Zaragoza en el último año y medio, ha sido preguntado este sábado por cuál es su impresión o certeza respecto de su presencia (o no ) en la SAD del futuro inmediato. Y ha dejado algunas pistas a interpretar.

"Yo me imagino que Raúl (Sanllehí), que es la persona que ahora está inmerso en todo el tema de los cambios en el club, que es quien tiene muchísimas reuniones, estará con esto. Nosotros (por Torrecilla, el director deportivo, y él) hemos tenido una, de manera distendida como ya expliqué, a su llegada. Y yo creo que, a partir de ahora, él se reunirá también con mi persona, naturalmente. Pero considero que, ahora mismo, no toca este asunto. No me preocupa en absoluto. Solo me preocupa el malestar que llevo interno, el luto porque es muy duro, muy duro de digerir, lo que sucedió el pasado domingo contra el Alcorcón", comenzó su respuesta a una pregunta directa desde la bancada de prensa, centrando la atención en Sanllehí, el que va a ser nuevo director deportivo de la propiedad que va a tomar las riendas del gobierno zaragocista. 

¿Cree posible que se le plantee alguna vía de continuidad?, se le insistió. "No lo sé. Son cosas que habrá que valorarlas en esa balanza de lo que ha sido mi trayectoria en el Real Zaragoza y ver. Me ha sorprendido esta pregunta porque yo tengo la cabeza, toda, puesta en el partido del lunes, porque estoy muy herido y espero no defraudar. Hemos de tener mucho respeto profesional a todo lo que tenemos detrás. Esa es mi coctelera ahora mismo", dijo a bote pronto Jim, quien a solo 14 días para el final de la liga da muestras de que todavía no está sintonizado del todo en clave de futuro.

Jim, en la evolución de la conversación con los tres periodistas que acudieron este sábado a La Romareda, tuvo un guiño para los nuevos propietarios, a modo de estímulo para sus muchachos de cara al difícil partido ante un Oviedo que pugna por jugar la promoción de ascenso a Primera (es 6º) y que, de no aplicarse bien, puede generar otro resultado más de los que duelen. "A excepción de los tres jugadores que están cedidos, es importante considerar que todo el mundo tiene contrato en vigor con el Real Zaragoza. Y, desde la lejanía, al otro lado del charco (Norteamérica), con personas que están en Europa, con Raúl Sanllehí aquí... el Real Zaragoza está siendo seguido por muchos ojos de gente que, evidentemente, ha hecho una inversión importante en el club", dijo con intención. 

Jim y su ligazón personal con Torrecilla

Jim vino a Zaragoza en diciembre de 2020 de la mano de Miguel Torrecilla, el director deportivo, con quien obró el milagro de la salvación el curso precedente. Al entrenador se le preguntó directamente: ¿Este binomio tiende a separarse ahora? Y la respuesta fue interesante.

"Como dijo Miguel Torrecilla, él tiene su queridísima mujer, que se llama Chus, y yo la mía, Mari Carmen. No somos un matrimonio. Yo tengo mi agradecimiento eterno a Miguel, más allá del hoy, pues él me dio la oportunidad de llegar al fútbol profesional en el Salamanca. Luego, hubo años en los que no se dio el hecho de poder ir a clubes donde estaba Miguel, hasta que nos volvimos a juntar en esta oportunidad de Zaragoza", dijo con cierta chanza, desvinculando su próxima estación en el fútbol profesional del destino que pueda correr el director deportivo. Son dos personas distintas e independientes, pese a su afecto mutuo.  "Llegado el momento, si a Miguel (Torrecilla) le dicen de seguir en el Real Zaragoza cuando él se reúna con Raúl Sanllehí, pues ya se dará el caso de decidir", apostilló.

Otro detalle. Jim está decepcionado por cómo ha transcurrido esta liga 21-22, muy lejos de sus expectativas. "El año pasado salió todo muy bien. Muy, muy bien. Pero como ya he dicho otras veces, yo vine al Real Zaragoza a subir a Primera División. No vine para salvarlo de bajar a Segunda B", espetó con seriedad y contundencia oral. 

La decepción y los perjuicios de este final tan defectuoso

Aún hubo un par de últimas preguntas sobre este futuro de Jim que, con la salvación consumada, toma primer plano informativo en estas dos semanas postreras de la liga. ¿Considera que este final tan feo e impropio de la temporada zaragocista, con una conducta del equipo alejada de lo que requería la situación, le ha perjudicado en su proyección personal dentro del Real Zaragoza del futuro inminente? Y Jim fue claro y sincero: 

"Totalmente, me ha perjudicado. Ese es el mensaje que nos mandó Raúl Sanllehí el primer día que vino: que intentáramos estar lo más alto posible, porque por el asunto del dinero y los ingresos para el club no es lo mismo una posición que otra en la tabla. Y, también muy importante, ha afectado a la ilusión que tenía yo por estar peleando en estas jornadas finales por algo grande con La Romareda a reventar. Esto me duele mucho", admitió. 

Se le expuso el caso del Espanyol y el despido inesperado del técnico Vicente Moreno a solo dos jornadas para el final a consecuencia del bajonazo vivido en el vestuario barcelonés. ¿Le sorprendería que se decidiera algo similar en Zaragoza si el equipo no mejora ostensiblemente en Oviedo? 

"Yo espero que no, que esto no suceda. Estoy convencido de que no será así. En las propias reuniones que tendrán los futbolistas en su vestuario, el 'templo' que llamamos, ellos hablan de que son muchas las cosas que hay detrás de estos partidos que faltan: los contratos, los seguimientos de gente (agentes, representantes, directores deportivos...) y, sobre todo, la afición y el zaragocismo", concluyó un Juan Ignacio más serio de lo normal y, después de un año de periodismo de esgrima en términos generales, algo impactado por el tenor de las preguntas en un sábado distinto a los de los primeros nueve meses de competición. 

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