Viernes 13. El Real Zaragoza SAD, el zaragocismo en general, vivirá con máxima atención en la noche de esta antesala del fin de semana, entre las 21.00 y las 23.00 aproximadamente, el desarrollo del partido Real Sociedad B-Almería. Es el primero que se juega, cronológicamente, de la 40ª jornada de la Segunda División española, la antepenúltima del calendario y, por ello, la última que se puede dirimir en horarios dispares, pues las dos jornadas definitivas están obligadas a afrontarse todos a la vez, en un espacio temporal unificado por La Liga. 

Ahí, además de los jóvenes donostiarras (que marcan la primera posición que supone bajar de categoría, la 19ª) y los almerienses (líderes y a un paso de consolidar su ascenso directo a Primera División), también juega el Real Zaragoza en este inédito duelo que acogerá el nuevo y seductor estadio de Anoeta, comercialmente llamado Reale Arena (aseguradora que paga por el patricinio). Si la Real Sociedad B no gana, el equipo aragonés estará ya, por fin, matemáticamente salvado. Así de sencilla es la previa de este acontecimiento. Y por eso interesa tantísimo en Zaragoza.

Es decir, una victoria a domicilio del Almería e, incluso, un empate, le sirven al Real Zaragoza para alcanzar el fin de semana y, por ende, su partido del lunes en Oviedo (a los aragoneses los han puesto los últimos, de epílogo de la 40ª jornada), con la tarea pendiente rematada en positivo, felizmente. Porque la permanencia ha sido, desde muy prematuramente, la verdadera misión del equipo dirigido por Juan Ignacio Martínez 'Jim' y construido y pensado por Miguel Torrecilla desde el verano pasado, con retoques importantes -de salidas y entradas- en el mercado invernal de enero. 

Este último, el director deportivo, siempre apostó por aspirar a "estar en la pomada" de la pugna por la promoción de ascenso, o sea, algo así como pelear a estas alturas en una ubicación entre el 5º y el 8º puesto. Fue un brindis al sol, como se olisqueaba desde la primera vez que lo espetó públicamente (hubo unas cuantas más, con mimetismo incluso desde el puesto de entrenador, en un tramo de la competición donde parecía vendible la idea en la teoría, sin entrar en detalles de la práctica y el sentido común). El Real Zaragoza parte en esta jornada como 14º clasificado, a 15 puntos del primer puesto premiado (el 6º), descabalgado de cualquier opción hace más de mes y medio por su propia falta de competitividad y de calidad. 

Así que antes de pelear un punto en Oviedo el lunes (sería lo suyo si los demás no le adelantan el trabajo, pues un punto es lo que falta para el arqueo de caja en la tabla), el zaragocismo estará con los cinco sentidos puestos esta noche de viernes en San Sebastián. Y, si no saliera bien esta carambola ajena (que ganase la Real B), aún quedarían dos opciones más de rebotes externos que salvarían al Zaragoza sin jugar su duelo. Estos tendrán lugar el domingo por la tarde. Primero, sería necesario que el Sporting de Gijón perdiese o empatase en su estadio, El Molinón, ante el Girona, partido que se jugará de 16.00 a 18.00. Y si esto tampoco sucediera según las apetencias zaragocistas, la última bala se dispararía  de 21.00 a 23.00 en el Heliodoro Rodríguez tinerfeño, donde sería preciso que el Tenerife derrotara al Málaga.

Es, pues, un fin de semana de espera, de mirar a la televisión o escuchar la radio. Lo que en las últimas tres jornadas el Real Zaragoza no ha sabido cerrar por sí mismo, la permanencia matemática, le puede llover desde nubes ajenas por mor de la disposición de los horarios de la antepenúltima jornada. De momento, este viernes, el aliado es el Almería y el escenario San Sebastián. Después, veremos si el culebrón sigue alargándose o hasta aquí ha llegado, para bien del aburrimiento y cansancio generalizado.